Mucha gente tiene una carrera desesperada por ser más inteligente y entendida. Cada día están inscribiéndose en nuevos curso para ser más sabios y eso está bien.
Pero a veces, tras ese afán, no aprendemos las lecciones básicas de la vida. Queremos estudiar lecciones de libros, pero ignoramos las lecciones de la vida diaria que Dios nos enseña y que son sencillas pero a la vez profundas.
¡¡¡Abramos nuestros ojos espirituales!!!.
Cada día en la escuela de la vida tendremos la oportunidad de aprender nuevas lecciones.
Las mismas, nos gusten o no, deberán ser aprobadas. Es por ello que se presentarán una y otra vez de formas diferentes, hasta que al fin ... las aprendamos.
Sólo así, estaremos en condiciones de pasar a la próxima lección. No hay atajos, ni diplomas comprados, ni tendremos la posibilidad de rendir sin asistir a las clases.
En esta escuela no hay ERRORES, sólo LECCIONES. En realidad el crecimiento es un proceso que implica equivocaciones, pero en la escuela de la vida y con Dios como Maestro y Director, esos errores se convierten en lecciones.
Quienes en la vida han alcanzado logros, podrán recordar cuántos errores coleccionaron, antes de llegar a la meta.
Pero...Jesús nos dice que "a los que amamos a Dios, todas las cosas nos ayudan a bien".
¡Avancemos en esta ardua pero hermosa tarea de CRECER!