“Lámpara es a mis pies tu Palabra y lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105)
Nuestra vida está en las manos de Dios, si
voluntariamente se la entregamos, Él nos dará sabiduría y entendimiento para
administrar todo lo que ha sembrado dentro de ti y de mí.
Estamos, desde que nacemos. inscriptos en una
universidad que llamada vida. Cada día en esta escuela tendremos la oportunidad
de aprender nuevas lecciones. Nos gusten o no, con ganas. o sin ellas,
son lecciones y hay que aprenderlas.
Una lección es repetida hasta que es aprendida. Esa lección será presentada
una y otra vez de varias formas hasta que la aprendamos.
Solo cuando esté aprobada podremos pasar a la
próxima lección. No hay atajos en esto, no hay manera de copiar, nos hay cursos
gratis, ni diplomas comprados en la vida.
No hay fracasos, solo lecciones. Cada lección
es fundamental para el crecimiento y claro, el crecimiento es un proceso que
implica errores, pero en la vida y con Dios esos errores se convierten en
lecciones.
Todos los que han logrado algo en la vida podrán
decirnos cuantas han sido las veces que no lo lograron, pero eso no los detuvo.
El aprendizaje de lecciones es un proceso que no
tiene fin. No existe parte de la vida que no contenga lecciones.
Mientras sigamos vivos, habrá lecciones que aprender.
La carrera de la vida y el diploma de la existencia
humana no es el producto de un curso de algunos años, toda la vida es el curso.
Es una carrera con una meta infinita.
Es necesario que hagamos de nuestra vida algo que crece. Poseemos todas
las herramientas y recursos que Dios ya nos ha dado para tal fin.
Lo que creemos con esas herramientas determinará
nuestro crecimiento, pero siempre la decisión es personal.
Dios ha puesto en nuestro interior, instrumentos
para la formación de nuestra vida. No pospongamos, no esperemos estar allí,
pensando que será mejor que aquí… Cuando el allí ha llegado a ser nuestro
aquí, simplemente habrá otro allí que parece mejor que el aquí.
Por lo tanto disfrutemos nuestro aquí y ahora, sin
mirar los campos ajenos que parecen más verdes, cuando el nuestro lo único que
necesita en un poco más de diligencia en el riego, en el abono de la tierra…
No nos desenfoquemos, ni nos quedemos sumidos en las
dudas. Las repuestas están en la Palabra de Dios. Cuando las dudas nos
asalten y la confusión nos rodee busquemos las respuestas en la Palabra de
Dios.
La Biblia sigue siendo el manual del fabricante…. No
perdamos más tiempo…Dejemos que Dios nos hable, nos enseñe y nos guíe.
Esperemos con confianza lo que Dios nos tiene
reservado en este nuevo año. No perdamos la fe, ni la posibilidad de ser
enseñados por el Ser más sabio del Universo… lecciones “directas del cielo”…