¡¡¡Disfruta de la libertad que da el perdón!!! |
Perdonar no significa tolerar el pecado, ni
seguir siendo “el felpudo” del otro para darle pie a que siga pecando.
Tampoco quiere decir que el otro se merezca
nuestro perdón.
Perdonar es reconocer que NO PODEMOS CAMBIAR A
NADIE.
Asumir que el hecho de que nosotros hayamos
perdonado no modificará las actitudes del otro.
Será importante tener en cuenta que el perdón
consiste en renunciar a toda venganza y/o devolución por las ofensas recibidas.
Debemos soltarlos, teniendo en cuenta que Dios
es el ÚNICO que tiene la facultad para actuar.
Nuestra tarea debe consistir en aplicar
misericordia y perdón, dejándole el juicio a Él.
Aunque tengamos deseos de impartir justicia,
recordemos que
¡¡¡NO SOMOS JUECES!!!
Sólo tenemos dos opciones:
O vivimos atados a la amargura.
O disfrutamos de la libertad, que da
el perdón.
Te invito a que juntos oremos:
Padre amado, hoy tomo
la decisión de renunciar a toda venganza, a todo resentimiento. Quiero
disfrutar de la libertad que surgirá de perdonar a mi agresor, como vos me has
perdonado a mí.
Gracias Señor, porque
escuchas mis ruegos, me declaro LIBRE, en el Nombre precioso de Jesús. Amén,
Amén y Amén.