* No te compares. No mires los jardines ajenos que siempre parecen más verdes y más floridos que el tuyo. Muchas veces nos distraemos tanto mirando lo que tiene el otro que, aunque lo que recibimos nosotros es mejor, no podemos percibirlo.
* No idealices a nadie. Al hacerlo nos colocamos en un lugar inferior y quedamos expuestos a que el otro nos lastime. Debemos estar en un mismo nivel con las personas, porque si nos ubicamos en el escalón de arriba, está la soberbia y en el de abajo, la humillación.
"A los ojos de Dios, TODOS somos iguales, Él no hace acepción de personas" (Hch10:34)
* No al resentimiento, al odio o a la amargura. Esto debe ser curado a través del perdón, a los otros y a nosotros mismos, para poder ser libres.
* No rechaces tu cuerpo. Es un regalo de Dios que nos acompañará el resto de nuestra vida. No pelees más con él, hacé las paces, aceptalo y comenzá a cuidarlo con diligencia.
* No contraigas deudas, ni materiales, ni emocionales. Quien debe, no es libre.
* No a los malos hábitos, a esos aspectos costumbristas que son parte de nuestra vida y de los que a veces no somos concientes. Darle la espalda a la inseguridad, los miedos, las culpas, los enojos, las indecisiones. Son los que nos llevan a cometer errores, arruinar nuestras relaciones y no permiten que podamos disfrutar plenamente la vida que nuestro Creador quiso regalarnos.
Decí y decite NO, cuando sea necesario hacerlo y dedicate a ...¡¡¡DISFRUTAR!!!.
¡¡¡Te lo merecés!!!
¡¡¡Te lo merecés!!!
