Los especialistas en el tema nos enseñan que el cuerpo es
siervo de la mente. La enfermedad, la salud y las diferentes circunstancias,
tienen su raíz en el pensamiento.
Mucho de lo que nos pasa en la vida se debe a que no
controlamos nuestros pensamientos. Nuestras emociones avanzan y reaccionamos
yendo hacia un sendero donde no queríamos llegar, inclusive a la muerte.
Somos lo que pensamos y vamos a obtener lo que estamos
pensando. He aquí un ejemplo que ilustra el poder de la mente: “Un científico
quería probar una teoría y halló como voluntario a un condenado a muerte.
Le propuso participar en un experimento
científico en el cual tenía la probabilidad de sobrevivir.
Fue colocado en una cama alta, de hospital, y amarraron su
cuerpo para que no pudiera moverse. Hicieron un pequeño corte superficial
(aunque él creía que era profundo) en su muñeca y colocaron un recipiente en el
que “supuestamente caería su sangre”. Sin que él supiera, debajo de la cama
había un frasco de suero con una pequeña válvula para que él creyese que era su
sangre la que caía en la vasija.
Cada 10 minutos el científico, sin que el condenado lo
viera, cerraba un poco la válvula y el goteo disminuía. Mientras tanto el
condenado creía que era su sangre la que estaba disminuyendo.
Con el pasar del tiempo su palidez fue en aumento (como si
fuese verdad que estaba perdiendo sangre). Cuando el científico cerró por
completo la válvula, tuvo un paro cardíaco y murió, sin ni siquiera haber
perdido una gota de sangre.
El científico consiguió probar que la mente humana acepta
todo lo que le es enviado, sea positivo o negativo y que tal acción envuelve a
todo el ser, sea en la parte orgánica o psíquica”.
Esta historia nos lleva a reflexionar:
¿Cómo son mis pensamientos?
¿Puedo controlarlos o dejo que me controlen?
Los pensamientos se multiplican de tal forma que a veces
nos distinguimos la verdad de la mentira, lo cierto de lo equivocado la
mente graba y cumple lo que es enviado.
¡¡¡Elige hoy cambiar tu forma de pensar!!! Examina tu manera de pensar, de actuar a la luz de la
Palabra de Dios.
“Renovaos en el espíritu de vuestra mente” (Ef. 4:23)
No podemos cambiar a las personas, pero si modificar
nuestra manera de pensar y reaccionar.
El poder del Señor se perfecciona en la debilidad. Cambia
pensamientos negativos que te dañan y llénate de todo lo positivo, el amor, la
paz, el gozo, la paciencia, la fe, la victoria, la fidelidad…
“Quien piensa que no puede, ya fracasó antes de intentar”.“Quien piensa en ganar, lleva ya un paso adelante”.
“Quien piensa que no puede, ya fracasó antes de intentar”.“Quien piensa en ganar, lleva ya un paso adelante”.
¡¡¡Los
planes que Dios tiene para ti son de bienestar!!!