viernes, 30 de marzo de 2018

¡ESTO ES PARA MÍ!


“Antes que te formase en el vientre te conocí y antes que nacieses te santifiqué…” (Jer.1:5)
Siempre que leamos la Biblia y “hallemos” una promesa, repitámosla en primera persona.
Leer Toda la Escritura en primera persona es una manera de comprobar de forma gráfica y que se grabe en nuestra mente que el sacrificio de Cristo, el plan de salvación de Abba Padre (papito) fue hecho por mí, por ti, por cada uno de nosotros.
Casi todos al venir a Cristo tenemos una autoestima muy baja y por diferentes experiencias vividas nos sentimos inmerecedoras.
Nos cuesta mucho sentir que nos aman…
Entonces cuando leemos o escuchamos del gran amor de Dios, del gran sacrificio de Jesús percibimos que fue por toda la humanidad, así globalmente, pero no individualmente por mí.
¿Sabes? Él te pensó, te imaginó, antes de la fundación del mundo, eres su especial tesoro, te tiene esculpida en la palma de sus manos.
Tu nombre está escrito en el libro de la vida, quiere que tengas vida, pero vida en abundancia, quiere llenar tu boca de risa y tus labios de júbilo y alabanza.
Hoy Dios te mira con ternura y te dice:

Cuando tú puedas sentir mi amor…
Cuando tú puedas aceptarlo,
dejarás de buscar en cualquier parte.
Cuando tú puedas rendirte a mí,
ya jamás recogerás migajas de amor.
Cuando tú puedas sentir que te amo,
permitirás que te alcance mi perdón…

Entonces…
Acallarás tu corazón
Y en el silencio
Y en la quietud
Te rodeará mi paz
Por fin abrirás tus ojos
¡Y me verás!

¡Gracias Señor! Abre mis ojos para que te pueda ver, abre mi corazón para que pueda sentir tu amor, aceptar tu perdón y no buscar en ninguna otra parte porque en Ti encuentro todo lo que necesito para calmar el vacío de mi alma. Te lo pido en el Nombre de tu Hijo Jesucristo Amén, Amén y Amén.