Quiero compartir algunas de las estrategias que me han dado resultado en esta difícil tarea.
1.Trata de mantener la calma cuando los demás estén furiosos. Sólo así retendrás el poder sobre la situación (aunque no lo parezca) y evitarás arrepentirte por reacciones excesivas.
2. Si puedes correrte de tu punto de vista y tratar de tener en cuenta el del otro, crecerás, ya que las diferencias no deben separar, sino enriquecer.
3. La relación es más importante que la discusión o el tener la razón. Cuenta hasta mil, antes de hablar.
4. Trata con amabilidad al otro, aunque no tengas ganas.
5. Esfuérzate por ver el lado positivo del conflicto, no te posiciones sólo en lo que no te gusta.
6. Transforma tus problemas en aprendizajes.
7. Escucha, antes de hablar, es posible que estés equivocado/a.
8. No hieras a nadie, todo vuelve en la vida y todo lo que arrojes, te será devuelto.
9. Trata de no juzgar, muchas veces las apariencias, engañan.
10. Reconoce tus errores y acepta tu responsabilidad en los mismos.
UN CONFLICTO BIEN MANEJADO, FORTALECE LA RELACIÓN.
Jesús quiere hacer con nosotros una sanidad completa, y eso incluye las relaciones. (Lc.5:17-28)