domingo, 15 de noviembre de 2015

EN EL REGAZO DE MI PADRE


“Hijo, tú siempre estás conmigo, todas mis cosas son tuyas” (Lc. 15:31)

¿Qué es lo que marca la diferencia entre un creyente y un incrédulo o alguien “religioso”? La relación con el Dios trino (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Para tener una relación, primero hay que tener un encuentro.
Es el Señor el que propicia ese encuentro, nos dice en Juan 15:16: “no me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros” y agrega “vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando”
Para que haya relación, son necesarias dos condiciones:
1) CREER;  2) OBEDECER.
Por gracia, tengo acceso a ser hijo/a de Dios, mediante el sacrificio de Jesús, esta oferta es para todos los hombres.
Pero, si no lo creo, estoy rechazando este ofrecimiento.
Jesús nos dice que si creemos, permanecemos en Él y en su amor y cumplimos sus mandamientos…TODO LO QUE LE PIDAMOS AL PADRE EN SU NOMBRE, ÉL NOS LO DARÁ.
Y sus mandamientos no son gravosos, son mandamientos de amor:
* amar a Dios en primer lugar;  * amarnos unos a otros.
Un mismo suceso ocurre al justo y al impío, al que cree y al incrédulo, al hijo de Dios y a la criatura de Dios pero…
Los ojos de Dios están puestos sobre todas sus criaturas pero… los hijos, además de relación, tenemos la posibilidad de intimar con Él.
Relación, produce acceso, pero intimidad, produce influencia.
La Palabra dice que los que lo aman, viven en comunión con Él, en cambio al altivo lo mira de lejos.
Por Su gran misericordia y porque desea que nadie se pierda, también lo mira, pero… no hay relación, mucho menos intimidad.
En cambio quien cree, lo ama, obedece, ama a sus hermanos y tiene comunión con Él, a través de la oración, la lectura de Su palabra, la congregación con Sus hermanos, vive ¡SENTADO/A EN EL REGAZO DE SU PADRE!…

¡Gracias Señor! ¡Qué dulce es la sensación de palpar Tu presencia en mi vida! En el Nombre de Jesús te pido que no permitas que me desvíe jamás. Me comprometo a hacer Tu voluntad y a permanecer en Ti para que nuestra relación se fortalezca cada vez más.
Ayuda a aquellos que están trastabillando en la fe y en su relación contigo, atráelos hacia Ti con lazos de amor. Espíritu Santo, trabaja en aquella área de mi vida que necesita ser transformada, quiero permanecer siempre en tu regazo, Papá. Amén, Amén y Amén.