¡Abre hoy tu corazón a Jesús! |
Abrir el corazón a Dios es un regalo que por su
infinita gracia y misericordia, Él mismo nos hace…si bien nosotros podemos
aceptarlo o rechazarlo… Si no nos abrimos a su amor Él no podrá transformar
nuestra vida.
Pero la realidad es que no podemos abrir el corazón a
un amor infinito si Dios no nos atrae a
Su divina Presencia.
La iniciativa siempre es de Él. Estamos demasiados
acostumbrados a pensar que tenemos que hacerlo todo, que debemos ganarnos el
amor de los demás y que debemos merecer ese amor.
Desde muy pequeños sentimos que tenemos que tenemos
que hacer “cosas” para que nos presten atención y nos brinden afecto.
Es por eso que (en el fondo de nuestro ser) sentimos
que para lograr el amor y la atención de Dios debemos hacerlo con nuestros
esfuerzos, capacidades, logros y buenas acciones.
Pero el amor incondicional de Dios es totalmente
distinto al condicionado amor humano.
Es completamente gratis, por gracia, sin precio de
nuestra parte, sin ningún tipo de merecimiento.
Pero a Jesús le costó un precio muy alto, el precio de
su sangre derramada en la cruz del calvario.
Ese amor infinito es el más bello, el más grande, un
amor que no se tiene que pagar, que no se tiene que merecer, que no se tiene
que conquistar…
Sólo hay que abrir el corazón, recibir en Él a
Jesucristo, arrepentirse por los pecados cometidos, aceptar su perdón y
disfrutar de la vida abundante que nos regala aquí en la tierra y la vida
eterna .en el cielo.
Amado Padre,
gracias por Jesús, que tu divino regalo de amor hacia mí. Hoy decido abrir mi
corazón para que more en Él para siempre a través de la persona del Espíritu
Santo.
No soy
merecedora, pero acepto con gusto este presente que durará hasta la eternidad.
Amén, Amén y Amén.