“al que ordenare su camino, le mostraré la
salvación de Dios” (Sal. 50:23)
Dios es un Dios de orden, por lo tanto este es
un principio que debemos aplicar en todas las áreas de nuestra vida.
El ser ordenado/a es lo primordial para la
optimización de nuestro tiempo y el encauce correcto de nuestro esfuerzo.
Es por eso que en este día te invito a que
tomes una decisión y si quieres ser bendecido por Dios, ordenes tus pasos.
Para ello será necesario realizar un viaje
interior y con sinceridad reconocer en qué áreas necesitas ordenarte.
No olvides que quien está desordenado, está
desorientado y no logra concretar lo que se propone, por falta de establecer
prioridades.
La mayoría de las personas que pueden llegar a su objetivo, son aquellos que no
tratan de desarrollar más de uno a la vez, sino que esperan terminar con el que
están desarrollando, para seguir proyectando.
Es necesario que implementes el ordenamiento en
los diferentes aspectos de tu vida si quieres simplificarla para alcanzar
alivio y disfrutar de una vida abundante y distendida.
El orden transmite a los demás el mensaje de
que estás al control de tu vida y de tus circunstancias y no que éstas te
desbordan.
Será importante que:
§
Ordenes
tu mente, para saber con claridad hacia dónde deseas dirigirte.
§
Ordenes
tus emociones, para que estas no te gobiernen a ti.
§
Ordenes
tu estilo de vida, tus comidas, tus actividades, para poder disfrutar de una
vida más sana.
§
Ordenes
tu casa y tu ámbito laboral para darle más oxígeno a tu vida.
Para que estas determinaciones se conviertan en
una palpable realidad, cuentas con la inestimable guía del Espíritu Santo ya
que, “por
Jehová son ordenados los pasos del hombre, y Él aprueba su camino…” (Sal.
37:23)
Dios mío, en el Nombre
de Jesús, te pido que me ayudes a ordenar mi vida en todas las áreas para que
pueda experimentar en cada una de ellas, la salvación de Dios.
Te doy gracias, porque
sé que el Espíritu Santo trabajará en mi interior dándome las fuerzas y
proveyéndome de las estrategias para poder lograrlo.