“Dad gracias en toda situación,
porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1º Tesalonisences 5:18)
¿Qué tan agradecido te estás
sintiendo? En una escala de 0 a 10… ¿qué puntaje te darías?...
¿Qué hacer en esos días en que no
nos sentimos agradecidos, sino temerosos, con mucha incertidumbre… tristes…?
Sueles preguntarte… ¿por qué me
tengo que sentir agradecid@, si en realidad me siento con pocas fuerzas y
esperanzas…? La respuesta es
precisamente por eso… porque cuando nos ponemos en una actitud de agradecer,
nuestra perspectiva cambia. No necesitamos ver las cosas diferentes para ser
agradecid@s, sino que por el contrario, el ser agradecidos nos hace ver el
panorama desde otra óptica.
Una cosa es sentirnos agradecidos y
otra es ser agradecidos. Si nos detenemos en las noticias, comprobaremos que
estamos viviendo en un mundo quebrado, lleno de dolor, violencia e injusticia.
Sin embargo, aún en medio de todas estas situaciones, aún así, tenemos muchas
cosas para agradecer.
Un buen ejercicio es consignar en un
cuaderno o en una libreta, motivos diarios de agradecimiento, como si fuera un
“diario de gratitud”, este hábito nos ayudará a sentirnos muchísimo mejor,
porque saldremos del lugar de la carencia en el que nos posicionamos cuando
“sentimos” que no tenemos nada que agradecer. Esto es sólo una herramienta que
nos puede ser útil, pero la gratitud es algo que va más allá, que es más
profunda. Es lo que nos hace fijar la mirada en el rostro de Dios y no sólo en
Sus manos. Fijarnos en el Proveedor, en lugar de fijarla en la provisión.
De este modo, despertará nuestra
confianza, muchas veces aplastada por el egoísmo, en Dios el creador y
sustentador de TODO lo que existe.
Muchas veces nuestro corazón se
siente en medio de un torbellino, inundado por la tristeza y la ansiedad. Estar
agradecid@s, será como un pronto auxilio que nos permitirá seguir caminando en
medio de la circunstancia difícil, y rescatar lo que reamente es valioso e
importante para nuestra vida.
La gratitud es ese lugar donde
converge aquello que nos duele, el problema, la circunstancia, con la PAZ de
Dios.
Oremos: por quienes están
atravesando un tiempo confuso, para que los brazos fuertes, firmes y confiables
de nuestro Padre amoroso y Su paz los acompañe en cada paso, llenándolos de
confianza…