La risa y el buen humor son el gran regalo de Dios para liberarnos de la tensión en la vida.
La risa es una oportunidad para superar las limitaciones que muchas veces no nos permiten ver a Dios con claridad.
Dedica tiempo a reír cada día… es muy bueno para el alma y también para el cuerpo. Es una emoción espiritual profunda y sanadora. Además la risa es una forma económica de mejorar la salud.
Nuestra sociedad está cada vez más atribulada y angustiada. Las malas noticias se multiplican y tornan nuestro cielo cada vez más oscuro presagiando tempestades. Nos llevamos las manos a la cabeza, los latidos del corazón parecen aumentar y sentimos una fea sensación de inseguridad y desprotección.
¿Que nos dice la palabra de Dios acerca de esto?
“Entonces nuestra boca se llenó de risa y nuestra lengua de alabanza. Entonces decían entre las naciones: «¡Grandes cosas ha hecho el Señor con estos!” (Sal 126:2)
“Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis”. (Lucas 6:21).
“Él llenará aún tu boca de risas, y tus labios de júbilo”. (Job 8:21).
Debemos oxigenar el cuerpo, la mente y el espíritu con el remedio saludable de la risa.
La risa es una profunda emoción espiritual y por lo tanto es sanadora. Es una parte integral de la salud emocional, ya que es liberadora de tensiones.
Los niños ríen un promedio de 300 veces al día, los adultos reímos un promedio de 15 veces diarias.
¿Será por eso que el estrés se incrementado con el paso de los años?.
Los matrimonios que saben reír a menudo, raras veces terminan en divorcio.
Los malos sentimientos desparecen cuando en medio de una situación tensa, un chiste llega para hacernos ver cuán absurda era la pelea.
Cuando las personas ríen juntas se sienten más unidas y pueden sobrevivir los momentos duros de la vida más fácilmente que aquellos que no se detienen para reír.
Aprendamos a reírnos de vez en cuando de nosotros mismos, esto permite la auto aceptación y baja los niveles de stress en forma muy determinante.
Alguien dijo: -“Quién no sabe de vez en cuando reírse de si mismo, aún no ha entendido el chiste”