Cuántas veces decimos: ¡necesitaría más tiempo, pero lamentablemente tengo solo 24 horas en el día!. ¡Necesitaría un día con más horas!.
Curiosamente la gente más ocupada pareciera tener más tiempo que los menos ocupados. Las personas con menos compromisos y responsabilidades en la vida parece que nunca tuvieran tiempo suficiente. Por qué será?.
La gente ocupada tiende a organizar sus vidas a fin de aprovechar cada minuto disponible. Entonces… ¿será una cuestión de organización?
Veamos qué nos dice Dios al respecto: “Mirad, pues con diligencia como andéis, no como necios, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo porque los días son malos” (Efesios 5:15).Una persona que ha aprendido a aprovechar cada minuto del día, ha aprendido a emplear la sabiduría de Dios. Hay tiempo para todo, es una cuestión de establecer prioridades, dándole mayor importancia a lo que es más útil y provechoso, el secreto está en aprender a organizarnos.
Muchas veces nos sentimos como una pequeña embarcación dando vueltas en medio de un lago. La manera como nosotros gastamos el tiempo es un indicativo de la clase de calidad de vida que estamos teniendo.
Hay muchos ladrones de tiempo que nos roban horas preciosas que podríamos usar en acciones productivas y significativas que nos nutran y enriquezcan. Ocupamos tanto tiempo en preocupaciones, en enojos, en lamentarnos y quejarnos por las injusticias recibidas, que posponemos actividades que nos harían sentir bien, como reunirnos con amigos, asistir a algún lugar donde se realicen actividades grupales que nos permitiría conocer gente nueva, etc.
En demasiadas oportunidades nos excusamos ante una invitación porque “no tenemos tiempo” y sin embargo pasamos horas delante del televisor, hablando por teléfono con personas que nos cuentan su triste y repetida historia o relatando nuestro sufrimiento a otros.
Hoy les propongo que en vez de anhelar tener más tiempo, decidamos organizar nuestra vida de tal manera que podamos hacer una mejor inversión del tiempo. Para eso necesitaremos pedirle al Señor sabiduría, Él nos la dará en abundancia y sin reproche.
Digámosle confiadamente cuando el día comienza:
SEÑOR, GRACIAS POR CADA HORA QUE ME DAS. QUIERO HACER LO MEJOR CON ESA HORA EN ESTE DÍA. DAME LA SABIDURÍA QUE NECESITO PARA INVERTIR MI TIEMPO PROVECHOSAMENTE. AMÉN