En este día
te invito a que agradezcamos juntos el inmenso regalo de amor que en Su
infinita misericordia, nuestro Todopoderoso Padre nos entregó.
¡Gracias por Jesús! Padre inmortal
¡Gracias por Jesús! Rey celestial.
Mi Señor y Dios, pensaste en mí
sabías cuánto necesitaba de Ti.
Y tu Hijo vino, vino a morir
Para darme vida… ¡Vino por mí!
Él es el camino para acceder
Al trono de tu gracia, de tu poder.
¡Gracias por Jesús! Tu nuevo pacto de amor
¡Gracias por Jesús! Que me salvó
Con su preciosa sangre me redimió
¡Viviré por siempre junto al Señor!
Ahora el Espíritu habita en mí
Y ya para siempre tu hija soy
Él me da el impulso para seguir
Es mi compañero y guía fiel.
¡Gracias por Jesús! Padre inmortal
¡Gracias por Jesús! Rey celestial.
Mi Señor y Dios, pensaste en mí
sabías cuánto necesitaba de Ti.
"Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo" (Hch 2:21)