sábado, 3 de octubre de 2020

Tiempo de distanciamiento social …


 “… Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del río Jordán y fue guiado por el Espíritu en el desierto, donde fue tentado por el diablo durante cuarenta días… ”
(Lucas 4:1-2 )

Dios no tienta a nadie… pero permite que estemos un tiempo en el desierto, porque necesitamos esa cuarentena… ese tiempo de distanciamiento social.

Cristo tuvo que hacer cuarentena, necesitaba un distanciamiento social, para ser tratado en todas las áreas (física, almática, espiritual)…

Su humanidad era genuina, pero su esencia divina permanecía inalterable (100% hombre, 100% Dios) Para poder ser nuestro modelo, debía vivir como un hombre y ser tentado y probado en todo… igual que nosotros…

¡Claro! la gran diferencia radicó en que, nosotros muchas veces sucumbimos a las tentaciones, pero Él nunca pecó…

Tenemos fuertes deseos que nos empujan para hacer algo, y somos atraídos como un pez es atraído por la carnada y ¡zas! … nos tragamos el anzuelo…

Hay propósito de Dios cuando permite una tentación y/o una prueba… Él no nos prueba para ver cómo vamos a actuar, qué vamos a hacer o a decir… ¡claro que no! Él ya lo sabe todo…¡¡¡ es Dios!!!

¿Entonces… para qué?

A los efectos que nosotros nos demos cuentas, que podamos entender quién es Él, para que lo conozcamos más y mejor, para que reconozcamos cómo en los peores momentos está con nosotros, para que crezcamos en nuestra relación con Él…

Quiere llevarnos a etapas más avanzadas en nuestro crecimiento… La prueba es un examen para mí… Y el desierto, una gran escuela…

Al igual que Jesús, tenemos herramientas en los momentos de prueba, de aislamiento social, de desierto (problemas, enfermedad, carencias, luchas varias)

1.- Dependencia del Padre

2.- La escritura… “escrito está”

¡Qué bueno es aprovechar este tiempo, este distanciamiento social, para comenzar a valorar los vínculos, ser buenos administradores de  lo que tenemos, ya sea en lo económico,  tratando de evitar gastos innecesarios, como de nuestro tiempo, tratando de invertirlo en más tiempo con Dios, para charlar, contarle nuestros problemas, leer y meditar en la Palabra…

Cuando nuestra fe es probada, produce constancia…

Si Dios lo permitió, aprovechemos este tiempo productivamente, en lugar de quejarnos, reclamar, protestar…

Aprendamos de las nuevas circunstancias que tenemos que enfrentar, tratando de sobreponernos a ellas.

Y este no es sólo un proceso individual, sino que va más allá, hacia lo comunitario, es por eso que debemos ser obedientes y extremar los cuidados… para nosotros y para cuidar al otro…

Oremos: por todos aquellos que en este tiempo, están desesperanzados, abrumados, que necesitan consuelo porque han perdido seres amados, por quienes están lejos del Señor, enojados con Él y lo culpan de esta pandemia que azota al mundo entero…