“La esperanza postergada aflige el corazón, pero un sueño cumplido es un árbol de vida” (Proverbios 13:12)
Pero… la
realidad es que todos estamos en el lugar en el que debemos estar y aunque se
trate de un tiempo duro, muy difícil, tenemos la oportunidad de decidir cómo
verlo…
*O lo vemos como
un corral sin salida…entonces nos sentiremos empantanados, como que no vamos a
ninguna parte…
*O lo vemos como
un puente… entonces sentiremos que estamos en camino hacia algo bueno y
significativo… Son dos posturas diametralmente opuestas entre sí…
Estamos
atravesando un puente… la situación aún no está resuelta todavía, sin embargo,
cada día nos volvemos a levantar y le ponemos el pecho a la vida… Elegimos
seguir, continuar, renovando la esperanza de que todo tiene un final… La fe es
nuestro sostén y aunque nos sintamos perdidos a veces y confundidos otras,
creemos que Dios está al control y sabe el principio y el fin de todo… Por lo
tanto, aunque no terminemos de comprender, los cómo y los por qué, proseguimos…
Dios lo hizo
todo hermoso para el momento apropiado y sembró eternidad en el corazón humano,
pero aún así, e ser humano no puede alcanzar a comprender todo lo que dios ha
hecho desde el principio hasta el fin. Mientras atravesamos este puente de la
mano de dios, no nos llenemos de ansiedad… no pensemos por adelantado… no nos
conviene…
Prestemos
atención a lo hermoso de cada detalle de la creación, el nacimiento de una
flor, el canto de los pájaros, el aletear incesante de un picaflor, un rojizo
atardecer, las primeras luces del alba, el brillo de las estrellas en la noche.
Estos regalos
inesperados de su creación nos recuerdan Su presencia, como creador y
sustentador de la vida. Son un poderoso antídoto en contra de la amargura que
muchas veces quiere anidar en nuestro corazón.
Nuestros
sentimientos suelen engañarnos, no nos permiten ver la verdad acerca de quiénes
somos… Para eso tenemos la Palabra de Dios que transforma el modo de vernos a
nosotros mismos.
Somos amados más
allá de lo que nuestra razón puede entender. Somos libres cuando conocemos esa
verdad. Somos gente de propósito y destino. Esta vida no es un juego de azar.
Le pertenecemos a Dios, nos ha adoptado como hijos y nos ha dado un lugar en Su
mesa… ¡¡¡No mendiguemos!!! Hay un lugar para cada uno de nosotros, somos
guiados a través del puente de la vida y cuidados… Jamás abandonados y
olvidados…
Hagamos el viaje
confiados, Dios es el comienzo, el puente y el destino…
¡¡¡Levantémonos
y sigamos caminando a través del puente con valentía!!! Lo mejor aún está por
venir…