domingo, 8 de noviembre de 2020

PUENTE...


 “La esperanza postergada aflige el corazón, pero un sueño cumplido es un árbol de vida” (Proverbios 13:12)
Hay momentos plenos de alegría, amor y paz, que no quisiéramos que terminen nunca… Pero también hay otros tan duros y difíciles, que quisiéramos ser eyectados hacia otro lugar donde no sintiéramos tanto dolor…

Pero… la realidad es que todos estamos en el lugar en el que debemos estar y aunque se trate de un tiempo duro, muy difícil, tenemos la oportunidad de decidir cómo verlo…

*O lo vemos como un corral sin salida…entonces nos sentiremos empantanados, como que no vamos a ninguna parte…

*O lo vemos como un puente… entonces sentiremos que estamos en camino hacia algo bueno y significativo… Son dos posturas diametralmente opuestas entre sí…

Estamos atravesando un puente… la situación aún no está resuelta todavía, sin embargo, cada día nos volvemos a levantar y le ponemos el pecho a la vida… Elegimos seguir, continuar, renovando la esperanza de que todo tiene un final… La fe es nuestro sostén y aunque nos sintamos perdidos a veces y confundidos otras, creemos que Dios está al control y sabe el principio y el fin de todo… Por lo tanto, aunque no terminemos de comprender, los cómo y los por qué, proseguimos…

Dios lo hizo todo hermoso para el momento apropiado y sembró eternidad en el corazón humano, pero aún así, e ser humano no puede alcanzar a comprender todo lo que dios ha hecho desde el principio hasta el fin. Mientras atravesamos este puente de la mano de dios, no nos llenemos de ansiedad… no pensemos por adelantado… no nos conviene…

Prestemos atención a lo hermoso de cada detalle de la creación, el nacimiento de una flor, el canto de los pájaros, el aletear incesante de un picaflor, un rojizo atardecer, las primeras luces del alba, el brillo de las estrellas en la noche.

Estos regalos inesperados de su creación nos recuerdan Su presencia, como creador y sustentador de la vida. Son un poderoso antídoto en contra de la amargura que muchas veces quiere anidar en nuestro corazón.

Nuestros sentimientos suelen engañarnos, no nos permiten ver la verdad acerca de quiénes somos… Para eso tenemos la Palabra de Dios que transforma el modo de vernos a nosotros mismos.

Somos amados más allá de lo que nuestra razón puede entender. Somos libres cuando conocemos esa verdad. Somos gente de propósito y destino. Esta vida no es un juego de azar. Le pertenecemos a Dios, nos ha adoptado como hijos y nos ha dado un lugar en Su mesa… ¡¡¡No mendiguemos!!! Hay un lugar para cada uno de nosotros, somos guiados a través del puente de la vida y cuidados… Jamás abandonados y olvidados…

Hagamos el viaje confiados, Dios es el comienzo, el puente y el destino…

¡¡¡Levantémonos y sigamos caminando a través del puente con valentía!!! Lo mejor aún está por venir…