martes, 1 de octubre de 2013

¿CONFIANZA O DUDA?

Hoy Jesús te dice: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible” (Marcos 9:22)
La actitud determina las acciones.
Puedes ser víctima o protagonista…
Puedes ser de maldición o de bendición…
Puedes ser esclavo/a o libre…
Puedes confiar en Dios o seguir dudando…
No es suficiente hacer lo bueno, también hay que esperarlo.
Si haces lo bueno, pero esperas lo malo, es como si prepararas la tierra, plantaras una buena semilla pero después…¡¡¡no la riegas!!!, porque ¡¡¡para qué!!!, quizá no brote… tal vez no es el momento… ¡es casi imposible con este clima…!
No es la siembra en duda lo que traerá una buena cosecha, sino la siembra en fe.
Tus palabras deben estar atadas a tu corazón. Si crees dentro de él y declaras con tu boca todo lo que esperas que suceda, eso sucederá.
Si dejas que la Palabra de Dios entre a tu corazón, la fe inundará tu vida porque cuando la vida es buena en el interior, se pone buena en el exterior.
Si abrimos el corazón para el milagro, nuestro espíritu tocará lo sobrenatural.
Y tocar el cielo, es tocar a Dios, entrar en Su Presencia producirá el milagro dentro de nosotros.
Responde ya a esta invitación de Jesús y respóndele:
“Creo; ayuda mi incredulidad” (Marcos 9:23)


Señor, hoy declaro en alta voz que esperaré las promesas de Dios con confianza. Haré lo bueno y esperaré todo lo bueno y lo sano que mi Padre celestial tiene para mí.
Mi boca confesará lo que mi corazón cree, soy bendecida/o y victoriosa/o.
Lo declaro en el Nombre de Jesús, Amén, Amén y Amén.