sábado, 7 de mayo de 2011

¿Qué estoy haciendo con mi tiempo? (2da. Parte)

Nuestro tiempo está en las manos de Dios, nuestro creador, pero la manera en cómo lo uso, depende pura y exclusivamente de mí.
Es interesante saber qué dicen los entendidos acerca del tiempo. Un estudio reveló que a lo largo de una vida de 72 años gastamos 21 años durmiendo, 14 años trabajando, 7 años en el baño, 6 años comiendo, 6 años viajando, 5 esperando en colas, 4 aprendiendo, 3 en reuniones, 2 devolviendo llamadas telefónicas, 1 año buscando cosas perdidas, 22 meses en la iglesia, 8 meses abriendo correspondencia inútil y 6 meses esperando en semáforos.
En la nota anterior vimos que la administración del tiempo es algo que puede aprenderse. He aquí algunos pasos que pueden servir de ayuda para esta tarea:

1) Analiza tu estilo de vida: ¿Dónde estás gastando el tiempo?. Será útil evaluar un día, una semana, un mes. ¿Cómo estoy física, psíquica y emocionalmente HOY con respecto a seis meses atrás?. Mejor ¡¡¡BIEN!!! (no dejes de reconocer tus logros por pequeños que estos sean, date crédito). Peor… bueno será el momento de tomar la decisión de hacer algo.

2) Aprovechar el presente… ¡HOY es el día!, no dejes para mañana (Prov. 27:1).

3) Todos tenemos un tiempo en el día en el que estamos más despejados y con nuestras neuronas “despabiladas”, aprovecha ese tiempo “noble” para hacer las actividades más importantes.
4) Cuando estés ocupada/o en cuestiones prioritarias, no permitas interrupciones, ni propias ni del entorno (por supuesto no de manera violenta).
5) Deja el desorden fuera de tu vida, ya que éste sea físico, mental o emocional (están todos relacionados).
Comienza a ordenar tu lugar de trabajo, sea este un taller, una oficina o simplemente la cocina de tu casa. Los objetos desordenados ocupan nuestra visión de un modo negativo e influyen sobre nuestro estado de ánimo.
¡Desechemos los pensamientos negativos!... ocupan nuestra mente de manera nociva.
¡Cuidemos nuestro espíritu!... La Palabra de Dios nos da el alimento que éste necesita.
6) ¡ Separa tiempo para relajarte!.
7) Rescata el tiempo que tienes en la mano, teniendo en cuenta que rescatar significa volver, liberarse, cambiar para mejor.
8) Organiza tu vida en torno a las siguientes áreas:
 a) Relación personal con Dios y crecimiento espiritual.
b) Relación familiar.
c) Relación laboral.
d) Salud y recreación (están íntimamente ligadas).
                  e) Relaciones sociales.
               Todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora (Eclesiastés 3:1)