domingo, 16 de septiembre de 2012

CAMBIAR RABIA POR PAZ

    1)      Amplía tu mente. Enfrenta nuevos retos, nuevas actividades.
    2)      Reconoce tus puntos débiles para poder superarlos.
    3)      Quiebra las resistencias internas que te dicen que te quedes en el lugar donde estás.
    4)      El Señor está contigo y se tiene que notar. Las palabras que tienes en tu mente son las que están guardadas en tu corazón.
    5)      Dice Hebreos 10:35: "No pierdas tu confianza, porque tiene premio".
 6)      Salí de todo lo que te amarga, te enfurece, te entristece.
 7)      Somos nosotros los que tenemos que cambiar, tenemos que salir afuera, porque si no perdemos. Quedamos enredados en una maraña, en una telaraña de cosas sin sentido Tenemos que aprender a salir de nuestra estrechez y de preocuparnos por pavadas.

No hagas de tu lucha temporal una lucha eterna

8)      Que tu espíritu siempre grite más fuerte que tu alma. No mires pavadas, no pienses pavadas, no estés atento a pequeñeces.

9)      Dios tiene algo grande para vos, concéntrate en ello. Dite a ti misma/o ¡mira si me voy a preocupar por esto!.
10)  Delante del trono entrégale las pequeñeces, déjale esas pequeñeces, que otros se ocupen de eso, yo estoy para cosas grandes y maravillosas.

Te propongo que realices un ejercicio sencillo que no te ocupará mucho tiempo y en cambio obtendrás un gran beneficio.

Ejercicio:
Junta todas las situaciones que te quitan la paz, guárdalas una por una en una gran caja, costumbres de otros que te molestan, objetos que te provocan irritación, de tu cónyuge, de tus hijos, amigos, padres, etc. (Será útil hacer una lista previa). Una vez bien guardadas en la caja, la cierras y te encierras en una habitación a entregárselas a Dios y cambiarlas por su paz
Dile: - Señor, yo dejo estas situaciones, te las cambio por los cielos abiertos sobre mi vida, dame paz, yo quiero ver los cielos abiertos, quiero dejar de preocuparme por esto para empezar a ver la gran herencia que tengo.
Señor, hazme sabio/a para poner darle a cada cosa su lugar y su valor grande con nosotros que somos tus hijos, cosas grandes, haz ese intercambio ahora con el Señor.

¡¡¡Señor de Gloria, abre los cielos sobre mi casa, sobre mi vida y la de mis amados!!!.

 Dios tiene poder para darte lo grande, para cambiar tu manera de pensar,  de hablar y de actuar. Para extenderte a izquierda y a derecha, para que sigas avanzando. Déjalo actuar a través del Espíritu Santo. No podrá hacerlo si seguís renegando por pequeñeces.