Todos tenemos una capacidad innata para poder tolerar las adversidades de la vida y transformarlas en desafíos, en nuevas oportunidades para fortalecernos.
Las personas “positivas” son seres comprometidos consigo mismos, que se permiten estar “abiertos” aceptando los cambios, porque interpretan las experiencias como parte esencial de la propia vida.
-¿Cómo puedo desarrollar esa capacidad constructiva?
-¿Cómo puedo descubrir mi fortaleza para avanzar sobre mis propias adversidades?
Para lograr estas respuestas será necesario bucear en nuestro interior, reconociendo las virtudes, las debilidades y fomentando los talentos. Empezando a valorarse y a perdonarse por los errores cometidos, viéndolos como aprendizajes. Estimulando la creatividad y atesorando las relaciones con los demás, permitiendo que los sentimientos fluyan. Aprendiendo a pedir “ayuda” y extender esa ayuda hacia los demás, construyendo una red de amor. Riéndose de las adversidades, perdiendo así el temor a no poder resolverlas. El humor es una actitud de pensamiento positivo.
En algún momento de la vida, es posible que hayamos tocado fondo. Muchas veces el dolor hace que tomemos la decisión de superarnos, levantarnos de las caídas y ponernos en marcha.
Acercarnos más a nuestro propio corazón y demostrar más el afecto a los demás, es un buen punto de partida para asumir el compromiso de un cambio.
¡¡¡Comienza ya!!!...
Descubre tus talentos y habilidades naturales y poténcialas.
Cuando te sientas con mucha tensión, no te permitas explotar enojado/a. Tómate un rato y busca un motivo para reír... ¡Verás como la tensión se desvanece!. Piensa en positivo y desarrolla tu espiritualidad, sobre todo cuando sientas que tus esperanzas se diluyen.
No es tiempo de ponernos a llorar a la orilla del camino si las cosas no salen como esperábamos, es tiempo de levantarnos y comenzar a andar, porque sin duda el camino nos llevará a un nuevo lugar.
Dios siempre nos sorprende… ¡¡¡tiene cosas grandes pensadas para nosotros!!!.