miércoles, 13 de abril de 2011

Bajo la sombra

¡La sombra! La buscamos ansiosamente los que vivimos en países templados y nos gozamos por poder reposar allí.
Muchas personas sienten el cansancio porque se encuentran agobiados por las preocupaciones de la vida. En la casa, en la oficina, en el taller, en el campo, en lo público o privado, las energías de nuestra mente y cuerpo sufren constantemente extremadas tensiones. Todos nuestros nervios exigen reposo.
Las condiciones de la vida moderna son una amenaza continua para la salud física, mental y espiritual.
Cuanto más aumenta la tensión, ¡más escrutan el horizonte para ver si perciben algún lugarcito de sombra…!
¿Quién de nosotros no suspiró, en medio de la agitación diaria por unos instantes de reposo para recuperar las agotadas energías?.
El Señor dijo: “Buscad y hallaréis” (Mateo 7:7), pero no encuentran porque buscan un lugar, en vez de buscar una persona. ¡¡¡Es a los pies de Cristo donde está el reposo y la felicidad plena!!!.
Vemos diariamente  personas sobrecargadas, nerviosas, porque tratan sólo con sus fuerzas de hacer frente a las responsabilidades de la vida, cuando Dios está allí, muy cerca, para sostenerlos y atravesando la dificultad, asegurarles la VICTORIA.
¿Por qué nos cansamos de trabajar bajo el implacable sol cuando la frescura de SU SOMBRA está muy cerca, para hacernos descansar?.
Ese lugar no es para un momento…¡¡¡es para siempre!!!. Si queremos, podemos disfrutar ¡YA! la verdad de la promesa milenaria: “El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente” (Salmo 91:1)
¡¡¡HAY UNA SOMBRA PREPARADA PARA EL REPOSO DE TODOS AQUELLOS QUE ESTÁN CANSADOS!!!
¡Sentémonos allí y hagamos de Su presencia nuestra morada!. Descansando bajo su sombra, no temeremos otras sombras… “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento" (Salmo 23:4).