“La gloria de los jóvenes es su fuerza, Y la hermosura
de los ancianos es su vejez” (Pr. 20:29)
Tal vez nuestros sueños han quedado sepultados en el
rincón más oculto del olvido… Es posible que sintamos que los
errores cometidos en el pasado son imperdonables… Podría ocurrir que veamos un
futuro desolado y vacío…
¿Qué hacer?... Es necesario resistir a los
pensamientos torturantes que repiten una y otra vez con voz silenciosa pero
implacable…”ya pasó el momento”… “es demasiado tarde”…
Cualquiera que sea la situación,
es necesaria la actitud de NO RENDIRSE… Puede que hoy estés atascada/o en medio
de una rutina agobiante… ¿Sabes qué es necesario?... Un toque del Señor… eso es
lo que marcará la diferencia…
No importa la imagen que nos
devuelve el espejo… ¡Hay un gran poder en vos!... Si decidís poner tu vida en
manos de Señor, Él tiene la habilidad para escoger el momento oportuno… Su
tiempo desafía la razón humana…
Pero… ¡ya soy anciana/o!…
¿Sabes que los ancianos son
personas capaces de mover cielo y tierra mediante el poder de su ferviente y
sincera oración de fe? Sus manos, surcadas por el paso de los años, desatan el
poder celestial cuando se elevan en alabanza y adoración… cuando se juntan en
oración…
Nunca somos demasiado mayores para Dios, siempre somos necesarios/as y
de gran utilidad en el Reino, hasta el último suspiro…
¿Sabes por qué? Porque durante
nuestra vida hemos aprendido a desplegar la FE y desarrollar la paciencia para
esperar, sin perder la confianza. Todo nuestro andar se ha transformado en un conjunto
de lecciones que pueden servir de testimonio a otros.
Hemos desarrollado una relación
de amistad con Dios por haber caminado día a día, hora a hora, minuto a minuto a su lado... Hemos logrado la calma y la sabiduría que sólo otorgan los años vividos. Dios
ha dejado lo mejor para el final de nuestra vida… Él tiene preparadas cosas que
nuestra mente finita ni siquiera podría imaginar.
El plan de Dios se realiza en
Su tiempo y… para este tiempo hemos nacido. Como personas mayores ocupamos un
lugar especial en el corazón del Padre… Es necesario que mantengamos siempre
encendido el fuego del Espíritu, la llama siempre encendida, la pasión renovada en cada una de las cosas que emprendamos…
NUNCA ES DEMASIADO TARDE… EL KAIROS DE DIOS ES
PERFECTO…