sábado, 28 de marzo de 2020

QUÉDATE QUIETA/O…


“Quédate quieto/a en la presencia del Señor  y espera con paciencia a que Él actúe…” (Salmos 37:7 a NTV)
Se están viviendo tiempos de angustia y ansiedad a nivel mundial a causa del COVID-19… y esto genera un caldo de cultivo que puede traer otras consecuencias en la salud de la población debido a la difícil situación, infartos, hipertensión, arterioesclerosis, etc… Estamos demasiado tensos… y esto nos conduce, por un lado a aislarnos del virus, pero… es necesario a la vez cuidar nuestro corazón, resolviendo cuestiones internas, mentales, espirituales, emocionales…
Somos una unidad físico-psíquico-emocional-espiritual… Los seres humanos tenemos tendencia a querer tener todo bajo control… en estas situaciones no hay forma de hacerlo, entonces, nos desestabilizamos…
Sigamos el consejo del Señor consignado en la Biblia… concentrémonos en el HOY … enfoquémonos en Él. Aquietemos cuerpo, mente, emociones y permitamos que en la quietud Dios nos encuentre. Él nos está buscando, nos está llamando, pero con tanto ruido, con tanto ajetreo, nos es imposible escucharlo…
Este es un hermoso tiempo para que comiences a tener una relación con Dios, si aún no la tienes. Es sencillo, a través del sacrificio de Jesús, tienes libre acceso al trono celestial, sólo es necesario creer, abrir el corazón, dejarlo entrar y comenzar a caminar de Su mano, con la certeza de que Él ya cargó nuestros pecados en esa cruz para abrirnos el camino que lleva hacia el Padre….
Si ya tienes una relación personal con Jesús, profundízala, afiánzala… Ya no hay excusas, hay más tiempo… Agrega VIDA a tu vida…
En este tiempo desarrolla mecanismos preventivos para no enfermar ni tu cuerpo, ni tu mente, ni tus emociones… ¿cómo? fortalece tu espíritu…
Cuídate y quédate en casa, pero no te aísles… usa el teléfono, la computadora, el celular… Aprovecha todos los medios tecnológicos que estén a tu alcance…
El estar conectados con otros nos ayudará a bajar los niveles de ansiedad. Necesitamos gobernar nuestro estado mental y emocional y que el espíritu tome el control, sobre ellos.
“¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí Espera en Dios; porque aún  he de alabarle, Salvación mía y Dios mío” (Sal. 42:5)
Señor, hoy venimos delante de Ti, porque reconocemos que somos frágiles criaturas y necesitamos de tu fortaleza, amor, compasión, misericordia. Te entregamos el control de nuestro cuerpo, mente, emociones, voluntad, porque eres nuestro Creador y conoces mucho mejor que nosotros mismos nuestras necesidades. Glorifícate en este tiempo, Padre, para que todos aquellos que no te conocen, puedan volverse a Ti, reconociéndote como el único y verdadero Dios. Por Jesús te lo pedimos y agradecemos sabiendo que en Tu tiempo, actuarás con poder. Amén, Amén y Amén.

lunes, 23 de marzo de 2020

PANDEMIA


“¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! (Mateo 14:27)
Estamos en medio de una gran tormenta, en medio de un mar embravecido. Nuestra barca es frágil, pero en medio del caos, el Señor nos dice: soy yo… no temas…
Nos enfrentamos en estos días con desafíos emocionales, mentales y espirituales…
¿Qué hacer?
Como seres humanos imperfectos y potentes, no perfectos ni omnipotentes, en circunstancias inesperadas como la que estamos viviendo tomamos dos caminos… ambos equivocados.
1)      El miedo exagerado (paranoia) que nos conduce a la parálisis, un miedo extremo y enloquecedor que nos hace vivir en una situación de alerta continua y perdemos totalmente la paz…
2)      La negación, la displicencia, que nos lleva al descuido pensando que después de todo no es tan grave, que están exagerando demasiado. Por temor, muchas veces, negamos la realidad y preferimos construir una a nuestra medida que nos permita seguir viviendo como si no pasara nada…
Esto es muy peligroso, ya que nos conduce a no tomar los recaudos necesarios para cuidarnos y cuidar a los demás. Otras veces, por soberbia, pensamos, a mí no me va a pasar… como si tuviéramos una protección especial que los otros no poseen. Sabemos que Dios nos protege y prometió estar con nosotros todos los días hasta el fin, a través de la fe en Jesucristo y en Su obra, aceptamos su Salvación… pero, no somos excepcionales, Él no hace acepción de personas… De lo que sí podemos estar seguros es que si le hemos entregado el control de nuestra vida Él hará lo mejor, porque Su Voluntad es buena, agradable, perfecta…
Otra de las cosas que nos conduce a la displicencia es la desconfianza, cuando tenemos desconfianza de todo y de todos, pensamos que siempre quieren engañarnos y que hay “algo” oculto detrás de cada situación. Entonces, nos rebelamos ante toda norma y regla que provenga desde las esferas de poder, sin pensar que tal vez nos estamos equivocando. Esta situación nos hace actuar contrariamente a lo que debiéramos hacer y nos ponemos en peligro, actuando sin sabiduría…
Entramos en un estado de miedo exagerado cuando pretendemos eliminar por completo cualquier riesgo. Tenemos que entender que por más que tomemos todos los recaudos, lo temido, puede suceder… entonces, podemos llegar a enloquecer tratando de tomar el control y eliminar riesgo.
Entreguemos el control a quien realmente es quien controla TODO ya que es el CREADOR y SUSTENTADOR de todo lo que existe…
Oremos juntos:
Señor, Dios Todopoderoso, eres el dueño del mundo y su plenitud, de la Tierra y todo lo que en ella existe. Nos presentamos delante de Ti pidiéndote que nos inundes de Tu paz, conforta a aquellos que estén con un temor exagerado, fortalece a los sectores más vulnerables, purifícanos Señor de todo aquello que nos contamina, no sólo a nivel físico, sino sobre todo a nivel espiritual.
Rodea con un escudo a médicos, enfermeros/as, mucamas y todo personal afectado a tareas especiales. Gracias Señor, te entregamos el control de nuestra vida, sabiendo que harás lo mejor.
Necesitamos sabiduría para conducirnos en paz y obediencia hacia las reglamentaciones vigentes.
En el Nombre de Jesús, te pedimos y agradecemos tu intervención divina. Amén, Amén y Amén.