jueves, 28 de diciembre de 2017

ANDAR POR FE

“Porque por fe andamos, no por vista” (2º Cor. 5:7)
Cuando me enfrento con las duras realidades de la vida, tengo que tomar una decisión…
¿Camino por fe? ¿Creo en Dios?
¿Confío en Sus promesas o me guío por mi propio razonamiento?
Vivimos tiempos difíciles, esto no es ninguna novedad, es más, suena a algo repetido, muy reiterativo, pero no por ello menos cierto.
Si miramos a nuestro alrededor, podemos “naufragar”
No hay seguridades, ni en la economía, ni en las finanzas, ni en los trabajos, ni en las relaciones…Cabe que me pregunte a mí mismo/a:
¿Dónde fijo la mirada? ¿En el problema, en la dificultad, o en la grandeza de mi Dios que me sacará esta vez a flote como ya lo ha hecho otras veces?
La fe tiene que ser probada para saber si es auténtica o simplemente se trata de algo emocional.
Esto sólo puede conocerse a través de la prueba.
¿Soy de los que, cuando la dificultad aparece en la puerta, mi fe se escapa por la ventana?
¿Escucho la voz de Dios que me habla a través de Su Palabra o le doy lugar a los susurros del diablo que intenta pulverizar mi fe y mi esperanza?
Muchas veces, ante los razonamientos humanos, nuestra fe es aplastada.
Nos dejamos llevar por lo que perciben nuestros sentidos, razonamos y sacamos conclusiones lógicas.
Entonces…nos apartamos de Dios, de Su Palabra, de Sus promesas, comenzamos a caminar “por vista” y nuestra fe se esfuma.
Pero Dios es sobrenatural y sus obras no pueden ser reducidas a una simple lógica humana. Él es hacedor de imposibles, que nada tienen que ver con la lógica.
La fe verdadera nada tiene que ver con el estado de ánimo, ni con las circunstancias externas.
La fe es un fruto del Espíritu Santo… ¡Deja que tu mente sea tocada y renovada! ¡Permite que trabaje en tu interior en libertad!
¡Pon tus ojos en Cristo el autor y consumador de la fe y avanza confiado/a!
¡No importa lo que pase! ¡No desvíes tu mirada! Avanza como si vieras lo invisible.

Gracias, Señor porque sé que trabajas en mí perfeccionándome y es por eso que estoy pasando por esta prueba tan dura. Me aferro a tus promesas y sé que saldré fortalecida/o y algún día podré ver tu rostro. En el Nombre de Jesús. Amén, Amén y Amén.