martes, 1 de enero de 2013

AVANZAR LIVIANOS


En este año que comienza… ¡despréndete de lo que ya no te sirve!
Para poder prosperar debemos alivianar nuestro peso. Despojarnos de todo prejuicio y pre conceptos que no nos permiten avanzar, de falsas creencias y “lastres emocionales” que nos impiden alcanzar el objetivo deseado.
Desprendernos de los errores del pasado, de enojos, del rencor, de la amargura….
Cerrar etapas, para poder abrirnos a lo nuevo, porque una mente ocupada en el pasado, retrasa las bendiciones presentes que Dios tiene para nosotros.
No tiene que haber cosas rotas en nuestra casa. Pongamos manos a la obra y tiremos todo lo que ya no nos sirve, y que hace años que guardamos “por las dudas lo necesitemos”.
¡Pongamos en orden en nuestra casa, nuestro comercio, nuestra oficina...!
Seria bueno hermosearla, darle “un toque” diferente para que nos de ganas de disfrutarla, de pasar el tiempo allí.
“Y la Tierra estaba desordenada y vacía…” (Gén 1:2) y el Espíritu Santo la empezó a ordenar, poniendo cada cosa en su lugar.
No olvidemos que Dios compara el pecado con algo que está sucio y desordenado.
¡Soltemos las ideas viejas, que tanto mal nos han hecho! Deberemos desestimar toda confesión negativa, declarando solo palabra buena, positiva, de esperanza.
Dejemos que el Espíritu Santo trabaje en nuestra vida, cerrando toda manifestación negativa con el “pero” de Dios: 
“Muchas son las aflicciones del justo PERO de todas ellas le librará Jehová” (Sal 34:19)
Una vez que nos hayamos desprendido de todo lo que ya no nos sirve, daremos gracias a Dios, porque nos dio las fuerzas para poder lograrlo. El agradecimiento a nivel espiritual completará el milagro.
Jesús dio gracias por los cinco panes y luego se multiplicaron. Necesitamos dar las gracias con mayor frecuencia.
Que este 2013 nos encuentre con los brazos abiertos, pues sólo así el Señor podrá depositar en ellos, la provisión que a su vez podremos compartir con los demás. 

GRACIAS SEÑOR POR EL AÑO QUE TERMINÓ, CON SUS LUCHAS Y PLACERES. GRACIAS POR ESTE AÑO QUE COMIENZA CON RENOVADAS ESPERANZAS. ABRO MIS BRAZOS, MI MENTE Y LAS PUERTAS DE MI CORAZÓN, PARA RECIBIR TU BENDICIÓN QUE ES LA QUE ENRIQUECE Y NO AÑADE TRISTEZA. HOY DECLARO ABUNDANCIA EN MI VIDA, MUCHO Y BUENO. SOLTARÉ LO QUE YA NO ME SIRVE PARA QUE PUEDA ENTRAR LO NUEVO Y ASÍ AVANZAR HACIA LA VIDA ABUNDANTE QUE VOS QUERÉS DARME. EN EL NOMBRE DE TU AMADO HIJO JESUCRISTO. AMÉN, AMÉN Y AMÉN.