lunes, 30 de abril de 2012

¡¡¡SUELTA YA!!!

Muchas veces vivimos presionados por que queremos tener todo bajo control. Nos sentimos asfixiados y casi sin fuerzas. Es como si todas las situaciones nos cayeran encima y sentimos que no podemos acallar nuestros pensamientos.
Si nos detenemos y los examinamos, podremos darnos cuenta de que lo que más queremos controlar, es precisamente aquello a lo que más tememos. Si tenemos miedo a la enfermedad, controlamos nuestra salud más de lo que corresponde. Si sobre nuestra cabeza revolotea el temor a la infidelidad, controlaremos a nuestra pareja. Si la sombra de la traición nos invade, estaremos todo el día pendiente de nuestros amigos, compañeros de trabajo, etc.
De manera contraproducente, cuanto más controlo, más miedo aparece. Y todas estas tensiones, bajarán al cuerpo, uno de los primeros síntomas puede ser la contractura.
Vivimos presionados y nos atamos a lo conocido porque tememos lo nuevo, entonces nos aferramos al dicho “mejor malo conocido, que bueno por conocer”…¡¡¡ ERROR!!!.
La palabra de Dios nos dice que lo que viene siempre es mejor y que si no abrimos nuestra mente, nuestro espíritu y nuestros brazos, no llegará.
Debemos ser más flexibles y menos estructurados, las ramas del pino, cuando les cae mucha nieve, se quiebran, en cambio las del sauce, se hacen elásticas, dejan caer el peso y permanecen sanas.
Dios cree en ti, cree tú en ti mismo/a. Tienes la capacidad, para que todas las cosas salgan bien, cree que mereces vivir con una vida más relajada y feliz.
No hay condenación sobre tu vida.

“Yo soy el que borro tus rebeliones, por amor de mí mismo y no me acordaré de tus pecados” (Is 43:25)

No te resistas a vivir una vida con mejor calidad, de ti depende. Puedes decidir vivir la vida con miedo, tratando de controlar todas las situaciones, esforzándote hasta lo indecible o disfrutar de la vida abundante que Jesucristo te ofrece.
De vos depende…¡¡¡decídete!!!. Deja de controlar todo y a todos y controla sólo tu vida, suelta ya, no vale la pena.
Da a los otros, libertad y te sentirás liberada/o.

“No acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a la memoria las cosas antiguas. Yo hago cosa nueva; pronto saldrá a la luz. Abriré caminos en el desierto y ríos en la soledad” (Is 43: 18-19)

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