1)
Amplía
tu mente. Enfrenta nuevos retos, nuevas actividades.
2)
Reconoce
tus puntos débiles para poder superarlos.
3)
Quiebra
las resistencias internas que te dicen que te quedes en el lugar donde estás.
4)
El
Señor está contigo y se tiene que notar. Las palabras que tienes en tu mente
son las que están guardadas en tu corazón.
5)
Dice Hebreos 10:35: "No pierdas tu confianza, porque tiene premio".
6)
Salí de todo lo que te
amarga, te enfurece, te entristece.
7)
Somos nosotros los que
tenemos que cambiar, tenemos que salir afuera, porque si no perdemos. Quedamos
enredados en una maraña, en una telaraña de cosas sin sentido Tenemos que
aprender a salir de nuestra estrechez y de preocuparnos por pavadas.
No hagas de tu lucha temporal una lucha eterna
No hagas de tu lucha temporal una lucha eterna
8)
Que tu espíritu siempre
grite más fuerte que tu alma. No mires pavadas, no pienses pavadas, no estés
atento a pequeñeces.
9)
Dios tiene algo grande
para vos, concéntrate en ello. Dite a ti misma/o ¡mira si me voy a preocupar
por esto!.
10)
Delante del trono entrégale las pequeñeces, déjale esas
pequeñeces, que otros se ocupen de eso, yo estoy para cosas grandes y
maravillosas.
Te propongo que realices un ejercicio sencillo
que no te ocupará mucho tiempo y en cambio obtendrás un gran beneficio.
Ejercicio:
Junta todas las situaciones que te quitan la
paz, guárdalas una por una en una gran caja, costumbres de otros que te
molestan, objetos que te provocan irritación, de tu cónyuge, de tus hijos,
amigos, padres, etc. (Será útil hacer una lista previa). Una vez bien guardadas
en la caja, la cierras y te encierras en una habitación a entregárselas a Dios
y cambiarlas por su paz
Dile: - Señor, yo dejo estas situaciones, te las
cambio por los cielos abiertos sobre mi vida, dame paz, yo quiero ver los
cielos abiertos, quiero dejar de preocuparme por esto para empezar a ver la
gran herencia que tengo.
Señor, hazme sabio/a para poner darle a cada cosa su lugar y su valor grande con nosotros que somos tus hijos, cosas grandes, haz ese intercambio ahora con el Señor.
Señor, hazme sabio/a para poner darle a cada cosa su lugar y su valor grande con nosotros que somos tus hijos, cosas grandes, haz ese intercambio ahora con el Señor.
¡¡¡Señor de Gloria, abre
los cielos sobre mi casa, sobre mi vida y la de mis amados!!!.
Dios tiene poder para darte lo grande, para
cambiar tu manera de pensar, de hablar y
de actuar. Para extenderte a izquierda y a derecha, para que sigas avanzando. Déjalo
actuar a través del Espíritu Santo. No podrá hacerlo si seguís renegando por
pequeñeces.
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