“Los pescadores saben que el mar es peligroso y la tormenta, terrible. Pero este conocimiento no les impide hacerse a la mar” dijo Vincent Van Gogh
Estamos en la mitad del mes de
diciembre, el año llega a su fin para dar lugar a uno nuevo.
Hay quienes, al hacer un balance
de este año transcurrido, se darán cuenta de que tal vez no alcanzaron lo que
tanto deseaban y están a punto de renunciar a sus sueños.
Se sienten frustrados, tristes y
decepcionados.
Y es que cuando las cosas no
salen acuerdo a nuestros deseos e intenciones, nos sentimos enojados y
totalmente descontentos.
Muchas veces reaccionamos y en
lugar de rever el tema, reflexionar acerca de qué es lo que sucedió y por qué, comenzamos
a sentirnos víctimas.
Buscamos culpables o diferentes
excusas y justificaciones, que realmente no nos ayudan en nada, todo lo
contrario, enturbian nuestra mirada.
Dramatizamos la situación y no
podemos encontrar la salida.
Cuando le damos cabida a la
frustración y al sentimiento de lástima hacia nosotros mismos, nos sentimos
inadecuados y nuestra estima baja considerablemente. Corremos el riesgo de
quedarnos en parálisis y pegados al dolor.
Muchas veces llegamos a esta
situación porque pensamos que nuestra vida debe ser cómoda y fácil.
Pensamos que nos merecemos
ciertas cosas y es verdad, pero no tenemos en cuenta que para disfrutar de una
vida abundante será necesario tener en cuenta lo que nos dice Juan en el
capítulo 12 y el vs. 24:
“Ustedes
saben que si un grano de trigo cae en la tierra y no muere, no produce nada.
Pero si muere, da una cosecha abundante.”
El morir del cual Juan nos habla
es la muerte al ego, una muerte al “yo”, una muerte a la queja, una muerte a
ser una persona enojada, insatisfecha y frustrada.
Los planes que Dios tiene para cada
uno de nosotros son de bienestar. Lo que Dios nos ha prometido nunca será frustrado
sino que se cumplirá.
Siempre habrá algo que podamos
hacer para cambiar la historia de nuestra vida.
Dios nos dio el poder de elegir y
todo lo que necesitamos para que no vivir frustrados, sino en VICTORIA.
Este tiempo de adviento, tiempo
de especial buena voluntad de parte de nuestro Padre por la proximidad de la
conmemoración del nacimiento de su único hijo Jesucristo, es el mejor momento
para comenzar a buscar soluciones que nos ayuden a salir de ese estado de
insatisfacción, de frustración y que nos acerquen a nuestros sueños.
Las promesas de Dios para tu vida
son fieles y verdaderas, Él te las dio y te toca a ti hacerlas tuyas.
¡¡¡Nunca te rindas!!!
¡¡¡Feliz Navidad!!!
1 comentario:
Gracias Marta por el mensaje, ¡aleccionador como todo lo tuyo! ¡Que tengas una Feliz Navidad que se prolongue todo el año! ¡Bendiciones!
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