“Y si
el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el
que levantó de los muertos a Cristo Jesús, vivificará también vuestros cuerpos
mortales por su Espíritu que mora en vosotros”
(Romanos 8:11)
Si creemos que
el Espíritu de Dios, El Espíritu Santo es el que levantó a Jesús de entre los
muertos, tenemos que creer que no hay nada en nuestra vida que no pueda
manejar.
¿Te sientes
desesperanzado/a? ¿Piensas que nada bueno puede sucederte? ¿Crees que ya no hay
nada para esperar?
El Espíritu de
Dios se mueve trabajando en nuestro interior. Espera la Palabra de Dios para
entrar en acción.
Cuando nos
aferramos a la Palabra, la creemos y confesamos, el Espíritu entra en acción y
vivifica nuestro cuerpo mortal.
Todo está
sujeto al Espíritu de Dios: enfermedad, problemas familiares, laborales,
mentales…
Los hijos de
dios somos como las águilas, tenemos dos alas muy poderosas.
1.- El Espíritu
Santo.
2.- La Palabra.
Cuando un
cristiano la lee, la vive, la pronuncia de corazón y la une al Espíritu es tan
poderosa que nada ni nadie puede detenerla.
¿Hay algo que
está muriéndose o ya ha muerto en tus relaciones?
¿Hay algo que
tiene que resucitar en tu hogar, en tu trabajo en tu vida emocional o en tu
vida espiritual?
El Cristo
resucitado vive y el Espíritu de Dios que lo levantó a él nos ha sido dado y
está listo para hacer el milagro en tu vida. Necesitas unir a Él la Palabra de
Dios.
Confiesa la
Palabra y las promesas de Dios… ¡no a las quejas!, ¡no a las protestas!, ¡no a
las críticas!
¡¡¡Cerremos
nuestros oídos a esas voces que nos susurran!!!...¡no pasa nada!, ¡no puedes!, ¡nada
cambiará! y … ¡abrámonos a las promesas de Dios!
¡¡¡Dios no nos dejará ni nos abandonará!!!
El Espíritu de
Dios da vida a lo que está muerto, es el mismo Espíritu que levantó a Jesús de
entre los muertos.
El Espíritu de
Dios nos libra de las angustias diarias de la vida y nos consuela.
¿Estás triste?
El Espíritu de
Dios puede trabajar en ello…
¿Perdiste la
perspectiva del presente y del futuro?
¿Seguís con
tus ojos en el pasado?
¡Suelta ya! ¡Cristo,
tu redentor vive!
No hay comentarios:
Publicar un comentario