martes, 12 de marzo de 2019

¿Qué es ser una mujer fuerte?



"Jehová es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación..."    (Ex. 15:2)
Una mujer fuerte es aquella que reconoce su debilidad... que no intenta mostrar todo el tiempo que  no tiene necesidad de nada ni de nadie... No es aquella que esconde sus emociones, que tapa su llanto, que no reconoce sus enojos, sus temores, sus angustias...
No es aquella que intenta mandar el mensaje erróneo de que puede soportarlo todo, de que pase lo que pase superará todo...
Ser una mujer fuerte, no es estar construida de hierro, es tener un corazón sensible a la voz de Dios, de donde procede nuestra fortaleza...
El problema que se plantea cuando mandamos para afuera la "falsa imagen de mujer fuerte", es que los demás minimizan nuestras luchas, porque total... "seguro vamos a salir airosas"...
Cuando nos mostramos invulnerables y todopoderosas, los demás reciben el equivocado mensaje de que no necesitamos ser escuchadas, ni cuidadas, ni tenidas en cuenta...
Porque... nunca estamos cansadas, porque aunque estemos sufriendo o cayéndonos a pedazos, llenas de miedos y de ansiedad, nos mostraremos siempre de pie, prontas para correr si alguien nos necesita.
El costo de creernos "la super mujer" es demasiado caro, se paga con la salud física, mental, emocional y hasta espiritual.
Llega un día en que el cansancio, el peso de la ingratitud, el paso del tiempo, va haciendo mella y queramos o no... habrá que aprender a decir... no puedo, estoy cansada, me siento triste, necesito ayuda...
Entonces pueden comenzar los problemas porque... no están acostumbrados... Y ahí... la mujer super poderosa, termina convirtiéndose en una "vieja histérica" 
¿Qué pasó?... ¿se rompió en hechizo?... Por supuesto que no... simplemente hemos reconocido (sanamente) que somos personas normales, comunes, con sus debilidades y fortalezas.
Si no lo entendemos y aceptamos a tiempo, corremos el riesgo de tener conflictos, no sólo en la salud, sino también en las relaciones.
Dios renueva nuestras fuerzas cuando ya cansados, nuestros pies no pueden avanzar...De Él proviene nuestro aliento, cuando la vida oprime sin piedad...
Acerquémonos confiadamente... Él nos está esperando... En sus brazos podremos descansar...








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