Hoy quiero compartirte esta lección de vida: si no corremos riesgos, será imposible crecer.
Dos semillas están juntas en la tierra fértil.
La primera semilla dice: “Quiero crecer!, que mis raíces lleguen muy abajo en la tierra y que mis retoños rompan la corteza que tengo arriba… Quiero desplegar mis tiernos brotes como banderas para anunciar la llegada de la primavera… Quiero sentir el calor del sol en mi cara y la bendición del rocío matinal en mis pétalos.”
Y entonces creció.
La segunda semilla dijo: “Tengo miedo. Si dejo que mis raíces vayan hacia abajo, no sé qué encontraré en la oscuridad. Si me abro camino a través de la tierra dura que tengo encima puedo dañar mis delicados retoños… ¿Y si dejo que mis brotes se abran y una serpiente trata de comerlos? Además, si abriera mis pimpollos, tal vez un niño pequeño me arranque de la tierra. No, me conviene esperar hasta que sea seguro.”
Y entonces esperó.
Un ave que andaba dando vueltas por el lugar en busca de comida, encontró la semilla que esperaba y enseguida se la tragó.
Si quieres crecer tienes que tomar acción sobre tu vida empezando con un cambio de pensamiento.
Imagina lo bueno que Dios tiene para ti, comienza a verte alcanzando esos planes que Él diseñó para ti, siente tus emociones, escribe las cosas que harás para alcanzarlos y ponte en movimiento. No dejes que la vida ( o el destructor) te trague.
La mejor manera para vencer tus miedos es el amor. Toma hoy el riesgo de amar, dar, servir, disfrutar y vivir. Hoy es el mejor día para ver las oportunidades y contar las bendiciones que tienes. ¡Hoy es el mejor día para crecer!.
2 comentarios:
Que verdad Marta! Yo quiero ser como la primer semilla , correr riesgos para crecer y fortalecerme!! Acertada tu reflexión, hasta pronto!!!
Bien dice el refrán: " El que no arriesga no gana".Que podamos ser como la primera semilla para obtener aquello que deseamos. Muy ilustrativa tu reflexión. Hasta la próxima.
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