miércoles, 20 de enero de 2016

¡NO TE QUEDES AFUERA!

“Dijo luego Dios a Noé: entra tú y toda tu casa en el arca. Dios…le cerró la puera. Y fue el diluvio cuarenta días” (Gén.7:1;16-17)
Remontémonos 2500 años antes de Jesucristo…
¿Te imaginas qué desafío fue para Noé construir un arca de 140 metros de largo con los medios de la época, en un tiempo de sequía absoluta?
Las burlas que habrá recibido de sus contemporáneos cuando se lanzó a esta tarea tan colosal como absurda ante sus ojos.
¿Por qué lo hizo? Por obediencia a Dios que se lo había ordenado. La tierra se había corrompido y estaba llena de violencia, es por eso que Dios toma la decisión de ponerle fin a esta situación. Noé escuchó su voz, creyó y obedeció.
Cuando Noé y su familia entraron en el arca, Dios mismo cerró la puerta y un diluvio que duró 40 días azotó la tierra destruyendo todo lo que tenía vida.
Sólo fueron salvos los que estaban dentro del arca.
Hoy la salvación no es ofrecida a una sola persona y a su familia sino a todos.
Si estás vacilando ante el umbral de esa puerta que Dios te abre, que es Su Hijo Jesucristo, si lo estás posponiendo, hoy te digo
¡Entra, no te quedes afuera!, ¿sabes? Estar en el umbral es estar muy cerca, pero todavía afuera…
No permitas que el diluvio de la vida te arrastre…¡ENTRA!
No te quedes fuera de la gracia de Dios. Él es tan misericordioso y paciente que todavía espera, para que todos se salven.
Pero ¡cuidado!
Llegará la hora en que el tiempo de gracia se terminará y entonces será demasiado tarde para todos aquellos que no han atravesado el umbral, es decir que no han dado el paso decisivo de la fe en Cristo.
Amiga, amigo, hoy Jesús te dice:

“Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo” (Jn.10:9)

Hagamos juntos esta oración de fe:

Jesús, te acepto como mi salvador y mi señor. Creo que eres el Hijo de Dios hecho hombre y que viniste a salvarme de la muerte espiritual en la que estaba inmersa/o, me arrepiento de todos mis pecados y te pido perdón. Hoy tomo la decisión de creerte y amarte todos los días de mi vida. Amén, Amén y Amén.

Si has hecho esta oración con fe, ya perteneces a la familia de Dios.

Prepárate para vivir la vida abundante que Él quiere darte porque tiene planes de bien para tu vida. Avanza, no te detengas, ya atravesaste el umbral…¡¡¡Sigue este es tu tiempo de avanzar!!!

No hay comentarios: