“Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste
honorable y yo te amé…” (Is. 43:4)
¿Cómo sabemos si tenemos una autoestima adecuada?
Un buen indicador para tener en cuenta es que sólo una
persona con buena autoestima puede escuchar las críticas, incorporarlas y
crecer.
Otros parámetros para una persona que tiene autoestima
adecuada son:
*Tiene
confianza primero en Dios, luego en sí misma, en sus capacidades y fortalezas, pero también
sabe reconocer sus debilidades.
*No se considera mejor ni peor de lo que realmente es.
*Cuida de sí misma.
*Tiene control sobre gran parte de sus impulsos y
emociones.
*Organiza su tiempo.
*Se aprecia a sí mismo pero también valora a los
demás.
*Sabe expresar de manera adecuada lo que piensa,
siente y cree.
*No
juzga a los demás, trata de ponerse en su lugar y perdona.
*No
toma la crítica de los demás, como algo personal.
*Se
rodea de buenas compañías.
*Se plantea objetivos y metas realistas y trabaja
arduamente para conseguirlos.
*Dedica un tiempo de calidad para la reflexión, la
lectura, la oración y la meditación en la Palabra de Dios.
Un buen remedio para manejar los problemas de
autoestima es el buen humor.
Tener humor y no tomar situaciones a la tremenda nos
ayudará a vivir mejor.
Reírse de uno mismo y de las propias limitaciones,
saca dramatismo a toda circunstancia y
colabora a que podamos disfrutar de la vida abundante que Cristo nos ha
regalado para que nos regocijemos aquí, en la tierra.
Gracias Señor,
por tu sacrificio extremo para que yo pueda disfrutar de un trozo de cielo,
aquí, en la tierra. Reconozco que el Espíritu Santo trabajará en mí, en mi
autoestima, para que esta sea adecuada, que no tenga más estima que la que
corresponde y que tampoco sienta que no valgo lo suficiente, acorde a tu diseño
para mi vida. En el Nombre de Jesús, Amén, Amén y Amén.
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