jueves, 19 de enero de 2017

UBUNTU

“…amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro” (1º Pedro 1:22)
Ubuntu es una regla ética sudafricana enfocada en la lealtad de las personas y las relaciones entre estas.
Se correspondería con lo que para nosotros es “la unión hace la fuerza”
Leí un artículo muy interesante donde narraba una experiencia donde un grupo de niños africanos fueron retados a correr una carrera. El primero que llegara a la meta obtendría como premio una canasta de fruta.
Lo curioso fue que a la orden de largada, en lugar de salir disparando en forma individual, se tomaron todos del brazos y corrieron juntos.
Al ser interrogados con respecto a esta decisión las respuestas fueron:
1.- Debemos ayudarnos unos a otros, somos familia y debemos compartir.
2.- Somos más fuertes si nos unimos.
3.- Si uno solo como todas las frutas, los demás no seremos felices.
Ubuntu es una filosofía africana que se enfoca en las alianzas y relaciones entre las personas.
Por ese motivo, se hace fácil a los educadores enseñar a estos niños a comportarse como Dios quiere.
En un mundo donde cada uno lucha por lo suyo como una cuestión de supervivencia y se practica el sálvese quien pueda, las respuestas y la acción de estos niños constituye una bocanada de aire fresco y renovador que trae a nuestra mente y a nuestro corazón la Palabra de Dios que nos dice que nos amemos profundamente y de todo corazón.
Es necesario que:
*Nos animemos los unos a los otros.
*Nos edifiquemos los unos a los otros.
Somos hijos de luz e hijos del día, no de tinieblas. Es por eso que debemos ser sobrios y vestirnos de fe y de amor.
No nos creó Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de Jesús, es por eso que se nos insta a ser pacientes y conservar la paz con todos.
Seguir lo bueno, estar siempre gozosos, orar sin cesar, dar gracias en todo, examinarlo todo y retener lo bueno.
Y el mismo Dios de paz nos santificará por completo y TODO nuestro ser (espíritu, alma y cuerpo) será guardado irreprensible para la venida de Jesucristo. ¡Amemos más y enojémonos menos! ¡No juzgues, sólo ama!, nos dice el Señor.
Padre amado, en el Nombre de Jesús, decido que no me enojaré cuando hablen mal de mí, porque reconozco que yo también hablé mal de otros muchas veces. Guárdame de la falta de amor, porque tu Palabra dice que el amor cubrirá multitud de pecados. Amén, Amén y Amén.


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