domingo, 15 de marzo de 2020

¿POR QUÉ NO SANAMOS?


“...estando persuadido de esto, el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6)
1º Tenemos que tener en cuenta que Dios no le manda la enfermedad a nadie. Él no es el autor.
2º La enfermedad puede venir por múltiples causas: no olvidemos que vivimos en este mundo y ya sabemos por quién está gobernado.
3º Hay personas que se enferman por estar en pecado, recordemos que pecado es error.  Hay quienes viven equivocadamente.
4º Muchas veces nos enfermamos por malas decisiones, por falta de cuidado, de precaución, por no atender nuestra salud.
5º Existen herencias generacionales, a las que debemos renunciar. Porque si hemos nacido de nuevo, tenemos un nuevo ADN, el de nuestro Padre celestial.
6º Muchos problemas emocionales afectan nuestro cuerpo.
DIOS QUIERE Y TIENE EL PODER PARA SANARNOS.
ü  A veces sana a alguien por fe mía o por la fe de los otros.
ü  Hay quienes no tienen no tienen fe, pero reciben sanidad.
ü  Dios sana de distintas maneras. Vemos en los evangelios que ha usado distintos medios para los milagros de sanidad.
ü    Muchas veces sana a través de la ciencia (que también es una creación de Dios). Dios tiene muchas maneras para lograr una sanidad.
DEBEMOS USAR TODOS LOS RECURSOS MATERIALES Y ESPIRITUALES.
Somos cuerpo-alma-espíritu. El cuerpo es la voz de lo que pasa adentro. Cuando no nos sinceramos con nosotros mismos, el cuerpo se enferma (culpa, insatisfacción, desacuerdo entre lo que queremos y lo que tenemos que hacer).
Las energías bajan, las defensas bajan y como consecuencia aparece la enfermedad física.
MI ALMA “GRITA” A TRAVÉS DE MI CUERPO.
Dios siempre interviene para atacar el problema de raíz. Él ve qué es lo que nos produce el dolor, la enfermedad física, la raíz está en nuestro interior, en nuestras emociones negativas que debemos curar. Él va más allá de nuestro cuerpo físico.
Muchas veces vivimos haciendo lo contrario a nuestros deseos. Sanar internamente es más importante, porque es la raíz de TODAS mis enfermedades.
Si has entregado tu vida al Señor, Él está sanando algo en vos, aunque no lo veas exteriorizado. A DIOS LE ENCANTA SANAR.
Dios nos irá perfeccionando aún después de muertos (Jesús dijo: “el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”). Su tarea es para la eternidad, hasta su venida, no hasta que yo muera. Él hace una tarea en lo profundo. La muerte es sólo un paso. Él ya venció a la muerte y somos resucitados con Cristo. LA LIBERTAD INTERIOR es un nivel profundo de sanidad. Muchas veces somos esclavos de nuestro propio rol, el que hemos elegido. Sostenemos a todos. Si no podemos movernos de este rol, nos vamos a enfermar.
DEBO MANTENERME FIRME, QUE NO SE DESALIENTE MI FE PORQUE ÉL ESTÁ SIEMPRE AL CONTROL.

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