Tu bondad y misericordia me acompañan todos los días de mi vida y habitaré con Él, aún más allá de mi muerte física... Esta certeza llena de paz mi corazón y da sosiego a mi alma...
En contraste con la atropellada y acelerada forma de vida que la sociedad nos ofrece, el Señor me da sosiego, paz y tranquilidad interior, bienestar emocional y mental.
Mi mamá, en mi infancia cuando estaba muy exaltada o hacía "berrinches" me decía... ¡¡¡Sosiégate!!! Es una palabra en desuso en la actualidad, casi no se la escucha...
Sólo en Dios encontramos ese descanso, esa paz, ese bienestar que no sólo alienta el espíritu, sino que da seguridad a la mente, certeza y confianza al corazón. También el cuerpo se desacelera, se serena y nos sentimos en perfecta armonía con Dios, con nosotros mismos y con los demás... ¡Alabado seas, Señor!
mil sosiego proviene directamente del cielo, disipa nuestras tensiones y preocupaciones y nos centra en la Presencia de Dios, nos equilibra y nos da armonía.
mista medicina divina, que no se vende en ninguna farmacia o droguería, nos llena de esperanza y pone una sonrisa en nuestros labios y "chispitas" en la mirada... Es energizante celestial que nos sacia...
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