¿ DIOS TODAVÍA ME AMA?

“Yo siempre los he amado” (Malaquías 1:2)

Muchas veces pensamos que Dios nos deja de amar. Creemos que somos tan malos que decidió dejarnos de lado.

Nuestros recurrentes errores, nuestras faltas, aquellas áreas de nuestra vida que no hemos podido vencer o el comentario de alguien “muy espiritual” reprochando nuestras debilidades, nos hizo pensar que Dios ya no nos ama.

Desde niños nos enseñaron acerca de un Dios que castiga, un Dios que se enoja y deja de amar a los “desobedientes”.

Confrontemos esa imagen con la que nos dice Su Palabra en 1 Juan 4:8. ¿Hay diferencia?...¡¡¡Por supuesto que sí!!!.

Aquí vemos no sólo que nos ama, sino que todo ÉL ES AMOR!!!

Muchos de nosotros crecimos espiritualmente en lugares en donde si cometías un error todos nos daban la espalda y nos trataban como a leprosos  que debían ser enviados lejos.

Esto es totalmente contrario a lo que Dios dice y al ejemplo que Jesús nos vino a dar.

La forma de actuar de Dios frente a los errores, es muy diferente a la humana. Él no enrostra, no recrimina, no te aparta, por el contrario, te levanta, te sacude el polvo, cura tus heridas y cada día  te da una nueva oportunidad de acercarte a Él.

La realidad es que por más que queramos ser perfectos, siempre fallamos. Nos es difícil hacer lo correcto que quisiéramos hacer (Romanos 7:19). Pero a pesar de ello, Dios espera pacientemente que nos arrepintamos y nos sigue amando y bendiciendo. Nos mira como Padre amoroso, con sus ojos de amor. Él ve nuestros corazones y conoce cuando estamos tratando de mejorar y ¡¡¡sabe cuánto nos cuesta!!!. Tres pasitos para adelante, ¡¡¡dos para atrás!!!.

SEÑOR, gracias por tu amor incomparable, por la gracia y la misericordia con la que cubres mis errores y fracasos. Gracias porque cuando estoy perdido/a o caigo, estás allí para levantarme, restaurarme y llevarme de tu mano hacia un sitio seguro. Hoy decido aferrarme a tu amor, no apartarme y entregarte mi vida entera.

¡¡¡No te excluyas de su amor!!!, ni trates de entender como Dios te va amar después de tus errores, SÓLO RECIBE Y DISFRUTA DE ESTE AMOR PERFECTO.

 “Yo corregiré su rebeldía y los amaré de pura gracia, porque mi ira contra ellos se ha calmado” (Oseas 14:4)