sábado, 18 de abril de 2020

¿¿¿DÓNDE ESTÁ DIOS???


“Tiemblan y titubean como ebrios y toda su ciencia es inútil, entonces claman a Dios en su angustia y los libra de sus aflicciones” (Salmo 107:)
El dolor, la enfermedad, aún deja sin palabras a los más sabios… entonces preguntamos hasta con enojo, ¿¿¿dónde está Dios??? Cuando en realidad deberíamos preguntar… ¿Dónde estamos los hombres que nos hemos apartado tanto de Dios? Pensamos que Él no está y en realidad, somos nosotros quienes nos hemos alejado…
Estamos en un tiempo de amenaza global, el 50% de la población del mundo se aglomera en las zonas urbanas, en las grandes ciudades y como consecuencia hay deforestación, con todas las consecuencias nefastas que ello trae aparejado.
El hombre está permanentemente desafiando a Dios Su creación, la naturaleza… Pero Dios no es lejano, sino un Dios cercano que se conduele por todo lo que está ocurriendo, Su corazón es sensible, compasivo y misericordioso ante las necesidades de su creación…  Las crisis siempre nos conducen a vivenciar a Dios, a llamarlo, a buscarlo, a reconocer que lo necesitamos, que todo es insuficiente,  que lo único capaz de llenar todo y que tiene el control absoluto de todo es Él.
Cuando una crisis se presenta, tiene tres fases por las que debemos transitar:
1.- Entrada en la crisis: allí lloramos, gemimos, nos desesperamos, protestamos, nos rebelamos…
2.- En medio de la crisis: clamamos a nuestro Dios, reconociendo que es el único que nos puede salvar… Hacemos memoria de Su misericordia, de cómo muchas veces nos rescató de las muchas aguas, y que en Su Soberanía sólo Él puede revertir la situación reinante...
3.- Saliendo de la crisis: cuando comenzamos a quitar la mirada y la mente de ese problema, de ese dolor, de esa angustia y nos focalizamos en la grandeza de nuestro Señor… es allí, donde podemos manifestar PAZ, aún en medio de las peores situaciones. Recién allí, nuestro horizonte se aclarará y veremos esa lucecita de esperanza tan necesaria para continuar…
¿Qué es necesario hacer entonces?
Agradecer, agradecer y agradecer… Los hombres tendemos a ser desagradecidos, a olvidarnos los favores recibidos… El salmista nos invita a alabar la misericordia de Dios y sus maravillas para con los hijos de los hombres  (v 31)
Alguien dijo:
“EL DOLOR ES EL MEGÁFONO QUE DIOS UTILIZA PARA LLAMARNOS LA ATENCIÓN”
¡¡¡No permanezcamos indiferentes!!! ¡¡¡Escuchemos hoy Su voz!!! ¡¡¡Experimentemos, agradezcamos y demos testimonio de la grandeza de Dios en nuestra vida!!!
¡¡¡Ayudemos a que otros puedan encontrarlo y  disfrutar de una relación única y personal con Jesús!!!
Oremos: por todos aquellos que están sumidos en la desesperación, que se sienten solos, que se encuentran sin poder hallar la salida a sus problemas, que están presos de adicciones, postrados en un lecho de enfermedad y dolor, atados a la falta de perdón, al rencor, a aquellos que han perdido el rumbo y van de un lado al otro tambaleantes…
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