jueves, 29 de diciembre de 2016

NUEVOS COMIENZOS


Todo en la vida está interrelacionado, por lo tanto puedes comenzar tus cambios en cualquier área de tu vida.
Todo cambio en un área afectará la totalidad de tu vida y de tu persona. Podríamos tomar como ejemplo el juego de los palitos chinos cuando sacamos uno, se mueven todos los otros.
¿Cuál es tu situación?
Angustia económica…
Miedos…
Falta de confianza…
Una relación de pareja...
Falta de sensación de ser feliz…
Falta de reconocimiento…
Angustia existencial…
Falta de una vida con propósito…
Es importante el modo en que vemos la vida:

SOMOS LO QUE CREEMOS

La vida puede modelarse, pero para ello es necesario ver las cosas de otro modo, tener una nueva mirada acerca de las cosas que nos suceden.
No se trata de crear un pensamiento mágico en el que nos conocemos de cosas que no son.
Nuestra vida no se va a encaminar mágicamente porque repitamos YO PUEDO cada mañana, sino de tomar los recursos que Dios pone a nuestro alcance.
La vida tiene etapas de expansión, contracción y control de daños.
No permitas que nada ni nadie dañe tu estima.
Si ya está dañada o pulverizada, podrás volver a reconstruirla tomando tu identidad como hijo/a de Dios y apropiándote de lo que él dice que eres.
Esto provocará en vos cambios internos que pronto serán visibles. Hay etapas difíciles y en medio de ellas es prudente ir por escalera, paso a paso, no por ascensor.
Es fácil que en estos períodos perdamos el control provocando así un daño mayor.
Tendrás que tener en cuenta que la decisión atiende a la razón. Puedes hacer sin saber y sin comprender.
Accionar es el mayor poder a tu alcance…
Muchas veces damos vueltas y vueltas y seguimos SIEMPRE en el mismo lugar, como si estuviéramos en una calesita.
¡¡¡Debes salir de allí!!!

Señor, ayúdame a salir de esos lugares en los que estoy atascada/o. En este día, cuando ya casi está terminando este año, me determino a hacer los cambios necesarios en aquella área donde haga falta. Pongo delante de tu trono mi vida entera para que la uses acorde a tu voluntad que es buena, perfecta y agradable, en el Nombre de Jesús. Amén, Amén y Amén.




domingo, 4 de septiembre de 2016

¿LIBRES O CAUTIVOS?


“Así que, si el  Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”  (Jn. 8:36)

La esclavitud fue abolida hace ya mucho tiempo. Sin embargo, en la actualidad, diariamente vemos en las noticias rehenes en un asalto, robo de niños, bebés, secuestros de jovencitas que son usadas como esclava sexuales…
Además de estos horripilantes tipos de esclavitud, también existen seres atados a prisiones mentales.
Pululan las sectas que privan a sus víctimas de la libertad para pensar y razonar, esclavizándolas a ideologías y prácticas aberrantes.
Nuestro siglo se caracteriza por una búsqueda de espiritualidad. Como las prácticas son engañosas, muchas personas se dejan “atrapar” obedeciendo a rajatabla todo lo que sus líderes les mandan sin objetar nada, ni confrontarlo con nada.
Tales acciones están en oposición con la Palabra de Dios que figura en La Biblia.
Jesús nunca ejerció presión sobre aquellos a los que enseñaba cuando estuvo en la Tierra.
Por el contrario, vino a liberar, no a esclavizar. A liberarnos de nuestras propias pasiones, de nuestro orgullo, de nuestro egoísmo, de la culpa y de tantos aspectos erróneos que pertenecen a nuestra naturaleza humana y que nos mantienen cautivos.
Jesucristo con su muerte venció a Satanás que es el principal acusador y al que le encanta “esclavizar” a los seres humanos.
Gracias a su muerte en la cruz, Jesús liberó a todo aquel que a Él acude ofreciendo PERDÓN, SALVACIÓN Y LIBERACIÓN.
No obliga ni presiona a nadie para que lo siga.
¡Conócelo!, acércate sin demora, déjalo entrar a tu corazón. De allí no saldrá jamás y lo seguirás, no por presión o temor, sino por AMOR.

Gracias Señor, porque me libertaste. Te acepto en mi vida como mi Señor y Salvador. Tu sangre derramada en la cruz me abrió las puertas de la cárcel en la que estaba. ¡Ahora soy libre de pecado! Tu sangre me limpió, me sellaste con tu Espíritu y me llevarás día a día a ir corrigiendo mis errores.



sábado, 13 de agosto de 2016

AUTOESTIMA ADECUADA


“Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable y yo te amé…” (Is. 43:4)

¿Cómo sabemos si tenemos una autoestima adecuada?
Un buen indicador para tener en cuenta es que sólo una persona con buena autoestima puede escuchar las críticas, incorporarlas y crecer.
Otros parámetros para una persona que tiene autoestima adecuada son:
*Tiene confianza primero en Dios, luego en sí misma, en sus capacidades y fortalezas, pero también sabe reconocer sus debilidades.
*No se considera mejor ni peor de lo que realmente es.
*Cuida de sí misma.
*Tiene control sobre gran parte de sus impulsos y emociones.
*Organiza su tiempo.
*Se aprecia a sí mismo pero también valora a los demás.
*Sabe expresar de manera adecuada lo que piensa, siente y cree.
*No juzga a los demás, trata de ponerse en su lugar y perdona.
*No toma la crítica de los demás, como algo personal.
*Se rodea de buenas compañías.
*Se plantea objetivos y metas realistas y trabaja arduamente para     conseguirlos.
*Dedica un tiempo de calidad para la reflexión, la lectura, la oración y la meditación en la Palabra de Dios.
Un buen remedio para manejar los problemas de autoestima es el buen humor.
Tener humor y no tomar situaciones a la tremenda nos ayudará a vivir mejor.
Reírse de uno mismo y de las propias limitaciones, saca  dramatismo a toda circunstancia y colabora a que podamos disfrutar de la vida abundante que Cristo nos ha regalado para que nos regocijemos aquí, en la tierra.

Gracias Señor, por tu sacrificio extremo para que yo pueda disfrutar de un trozo de cielo, aquí, en la tierra. Reconozco que el Espíritu Santo trabajará en mí, en mi autoestima, para que esta sea adecuada, que no tenga más estima que la que corresponde y que tampoco sienta que no valgo lo suficiente, acorde a tu diseño para mi vida. En el Nombre de Jesús, Amén, Amén y Amén.





domingo, 24 de julio de 2016

ENERGÍA CREATIVA

“Yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a la luz, yo os las haré notorias”  (Isaías 42:9)
Por experiencia propia puedo asegurar que no es fácil ser dueño de un negocio pequeño, sobre todo cuando es tu único sustento.
Apenas comienzas a tener una buena clientela, se instala otro, en la misma cuadra, con el mismo rubro, que copia y mejora tu estilo.
Entonces, tu ánimo decae, junto con tus ventas. Como a la gente le encanta probar situaciones nuevas, con una espina clavada en tu corazón, ves a tus clientes y amigos desfilar uno a uno por el nuevo local.
Algunos lo hacen abiertamente, otros de manera un poco disimulada. Tus entradas van disminuyendo al punto de que te es casi imposible cumplir con todos los compromisos contraídos.
¿Te encontraste alguna vez en esta situación? ¡Yo sí! ¡Es bastante feo!…
Lo piensas y lo piensas, dando vueltas en tu cama sin poder conciliar el sueño, hasta que llegas a la conclusión de que necesitas nuevas ideas, ideas creativas.
Es el momento de pedirle al Espíritu Santo que te visite de noche y te aconseje, te dé esa idea que estás necesitando. 
Pondrá una nueva idea en tu mente y te dará los recursos necesarios para poder llevarla a la práctica.
Cuando tus entradas parecen irse a pique será necesario que seas creativo/a. Habla con otras personas, investiga, considera aun las ideas «locas» y saca lo que puedas de ellas. La obra creativa de Dios no terminó con su creación del mundo. Él sigue su obra hoy al darnos a cada uno una dosis de creatividad.
Nos invita a ser parte de su plan y propósito para la tierra al usar esta energía creativa. Sus ideas son el don de Dios para su provisión, prosperidad y el cumplimiento de su propósito en la vida.


¡Señor, visítame e inspírame de una forma nueva hoy! Te ruego en el Nombre de Jesús que pongas ideas creativas en mi mente, que abras puertas y me conectes con personas que me ayuden en este tiempo para poder mejorar las entradas de mi negocio. Bendigo en Tu Nombre a mi competidor y te pido que lo prosperes. Quita de mí todo enojo, toda angustia, todo dolor. Amén, Amén y Amén.

domingo, 19 de junio de 2016

OJOS DE AMOR

“Jehová de la sabiduría y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia” (Pr. 2:6)
Cuando nos entregamos verdaderamente, el Señor nos toma en Sus manos y el Espíritu Santo comienza a moldear nuestro carácter. Ya no volveremos a ser los mismos, el FRUTO comenzará a crecer en nosotros.
La luz desplazará toda tiniebla que haya e inundará por completo cada una de las áreas de nuestra vida y cada milímetro de nuestro ser (cuerpo-mente-espíritu) Las marcas de Dios en nuestra vida, serán internas, pero se evidenciarán afuera. Cambiaremos hábitos, nuestros gustos sufrirán modificaciones, menguará nuestro YO, la necesidad de ser reconocidos, la compulsión por ser aceptados. Nuestra inclinación natural a que nos den la razón, cederá paso a buscar y mantener la paz en todas las relaciones.
Podremos escuchar más, hablar menos, podremos ponernos en el lugar del otro, no pre-juzgar. Seremos capaces de frenar los impulsos, los enojos, las críticas y los juicios. Comenzaremos a tener sana sabiduría, prudencia, tacto para manifestar nuestros sentimientos y emociones pero sin herir, sin lastimar. Podremos comenzar a mirar a los otros con ojos de amor, a través del perfecto amor de Cristo que me amó tanto, que te amó tanto, que fue capaz de entregar Su vida padeciendo todo tipo de dolores, oprobios y humillaciones, para llevar a cabo la obra de Salvación que el Padre le había encomendado, en obediencia.
Cuando el amor de Cristo inunde nuestros pensamientos, abarque nuestros sentimientos, emociones y domine nuestra voluntad, el rencor, el odio, los deseos de venganza, la falta de perdón, los recuerdos dolorosos del pasado, retrocederán para darle paso sólo al amor, a la paciencia, a la mansedumbre, a la bondad…La discreción nos guardará y la inteligencia nos preservará de andar en sendas torcidas y peligrosas.
¡Entrégate HOY, no lo dudes! Ya probaste tantas cosas, sin resultado…
¡El dolor vuelve, la opresión está allí, en el centro de tu pecho, con un peso que amenaza aplastarte! ¡Entrégate HOY y descansa en sus brazos de amor! ¡Deja tus cargas y corre hacia Jesús, liviano/a, ligero/a!
Dile sin demora…¡Estoy en Tus manos… trabaja conmigo, Señor!

Padre eterno, soy una vasija en tus manos y Tú el alfarero. Moldéame Señor, conforme al propósito que tienes para mi vida, a través de Tu Santo Espíritu, que me habita. Tú eres el único que conoce en qué área debo ser disciplinada y corregida. Ayúdame, Jesucristo, a ver a los demás con ojos de amor, como vos lo hiciste, lo haces y lo harás, quiero seguir tu modelo de obediencia y fidelidad.
¡Crece en mí! Amén, Amén y Amén.


jueves, 9 de junio de 2016

JESÚS ES MI MODELO

“…también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1º Pedro 2:21)
Jesús buscaba en todo momento agradar a Dios y hacer Su voluntad. Él nació del Espíritu Santo, al igual que nosotros, los que hemos aceptado a Cristo como nuestro Señor y Salvador.
Fuimos limpiados por su sangre, perdonados y hemos nacido de nuevo.
El Espíritu Santo que moraba en Jesús, también anida en nuestro ser desde el mismo momento de nuestra conversión.
Jesús estaba lleno del Espíritu Santo y en ese poder obraba, su fruto abundaba en Él, que lo dirigía y lo guiaba.
Nosotros también tenemos el poder y la autoridad del Espíritu Santo y como hijos de Dios debe abundar el fruto.
Tenemos el privilegio de contar con su dirección y su guía.
El Hijo de Dios siempre apelaba a la autoridad de las escrituras. Está consignado en el Nuevo Testamento veinte veces “escrito está”.
Era celoso respecto de su cumplimiento y nos advirtió acerca del peligro de no obedecerla.
La oración ocupaba un lugar fundamental en su vida. ¡Cuántas veces leemos en la Palabra “se apartaba a orar” Y cuántas veces lo hacía en público.
Oraba ante los logros, antes de tomar decisiones…¡¡¡murió orando!!!
Tenía la seguridad absoluta de que el Padre lo escuchaba.
“Anduvo haciendo el bien” nos dice en Hechos 10:30.
Tenemos que imitar a nuestro modelo y permitir que el Espíritu Santo trabaje en nuestro carácter y personalidad hasta que Cristo sea formado en nosotros.
Su tarea fue activa e incesante motivada por su gran amor hacia una humanidad caída.
Esta tiene que ser nuestra motivación, el amor por las almas y el ferviente deseo de que conozcan al Salvador, para que puedan disfrutar de una vida en libertad aquí en la tierra y la vida eterna más allá de la muerte.

Padre amado, en el Nombre de Jesús, te pido que pongas en mí un ferviente deseo de aprender las enseñanzas que Jesús nos dejó.
Reconozco que tu pones en mí tanto el querer como el hacer por tu buena voluntad.
Sé que cuento con la ayuda imprescindible del Espíritu santo que me irá transformando.
¡Gracias te doy, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo! Amén, Amén y Amén.


domingo, 22 de mayo de 2016

LA IRA

“la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Sgo. 1:20)
Santiago en su carta nos recomienda que seamos pronto para oír y tardos para hablar y para airarse.
Muchas veces las personas se enfurecen sin mayores razones. Si esto es recurrente y la rabia se convierte en ira, puede producir una serie de patologías como hipertensión y causar problemas cardíacos, además de arruinar las relaciones.
La rabia es una de las emociones básicas del ser humano, es una de las más pasionales y peligrosas cuando se transforma en ira porque la persona puede llegar a perder el control sobre sus actos.
Las personas que llegan a enfurecerse son aquellas que no saben reconocer sus emociones y por lo tanto son incapaces de expresarlas. Son seres que no controlan sus impulsos.
Quienes han aprendido un funcionamiento violento como medio para resolver un conflicto, sumado a la ingesta de sustancias como la droga y el alcohol, son factores de riesgo para un ataque de ira.
No es fácil superar la ira, es necesario reconocer que se tiene un problema de control, asumirlo con valentía y apelar a la ayuda del Espíritu Santo que a través de Su fruto irá transformando el interior de la persona llenándola de la paz de Dios, que supera todo entendimiento.
Algunos tips que pueden ayudar:
1.- Intentar de una manera conciente no reaccionar de manera impulsiva.
2.- Hablar las emociones, ponerlas en palabras, cuando algo moleste, hacerlo saber a la otra persona, esto no asegura que el otro cambie, pero a ti hará bien.
3.- Retirarse de la escena hasta que disminuyan los niveles de rabia y sienta que puede comunicarse.
4.- Tomar tiempo para sí mismo/a, caminar, nadar, leer, ver una película, algo que realmente disfrute.
5.- No hundirse en el lado negativo. Habrá que aprender a perdonar.
6.- Es necesario recuperar el control interno, decidir que uno es dueño y señor de sus propias emociones. Ellas no dependen de los acontecimientos externos, sino de cada uno y de cómo cada uno los enfrente.

Padre, te entrego estos sentimientos negativos de rabia que siento y te pido perdón por ellos. Pido al Espíritu Santo que trabaje en estos aspectos que no te agradan y que me hacen tanto mal a mí y a mi entorno. Ayúdame a través del dominio propio a que la paz de Cristo reine en mi vida, en el Nombre de Jesús, Amén, Amén y Amén.




jueves, 5 de mayo de 2016

ORA POR TUS AMADOS

“Orad sin cesar” (1º Tesal 5:17)
La oración es el regalo más hermoso que puedes darles a tus seres queridos, más allá de que ellos crean o no.
¡Tú sí crees! Y con eso es suficiente…
Es el regalo más perdurable, durará toda una eternidad.
Es el regalo más caro, el acceso directo al trono de Dios costó la preciosa sangre de Su Hijo en la cruz del calvario.
No puedes forzar a nadie a creer, cada uno tiene la capacidad de elegir, pero NADIE puede impedirte que ores por ellos.
Que los entregues al Señor pidiéndole que tengan un encuentro personal con Cristo y el Espíritu santo pueda trabajar en sus vidas.
Dios es FIEL y las oraciones de los justos (las tuyas y las mías) siguen en Su Presencia y seguirán obrando.
Rodea a tu esposo, esposa, hijos, nietos, hermanos, sobrinos, amigos, vecinos, compañeros, con tus oraciones.
Levanta un vallado de oración en torno a ellos para protegerlos de todo lo malo de este mundo.
Sólo Dios es quien puede mover sus corazones y es precisamente a través de tu oración en que formas parte de ese trabajo que Él irá haciendo en sus vidas.
Que la oración no sea tu último recurso, ante los hechos ya consumados, ora preventivamente, úsalo como tu primera opción.
Será el mejor legado que puedas dejarle a las generaciones venideras, tu amor por la oración, tu compromiso por las almas.
Recuerda que tus acciones, valen más que mil palabras.

¡Gracias Dios mío!, porque eres mi roca de refugio donde puedo entregar cada día a mis amados, sabiendo que en Ti estarán seguros. Delante de tu trono presento a cada uno de ellos, tú conoces sus necesidades, sus luchas y sus aflicciones. Te pido en el Nombre de Jesús que los toques de una manera especial para que se rindan a Ti, te conozcan, te amen y lleguen a ser NUEVAS CRIATURAS. Amén, Amén y Amén.


lunes, 25 de abril de 2016

¿POR QUÉ A MÍ?


“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Ro. 8:28)

Muchas veces se hace difícil encontrar una respuesta adecuada a este interrogante.
La realidad es que las pruebas son experiencias por las que todos los seres humanos tenemos que pasar en algún momento.
Son transitorias, por largas que se hagan, por mucho que duren, siempre habrá un fin.
Constituyen lecciones para nuestro provecho y crecimiento espiritual. Además ayudan a formar nuestro carácter, para que vayamos transformándonos.
Aunque no nos guste reconocerlo, sólo a través de las pruebas ejercitamos la paciencia y nuestra fe es fortalecida.
Podemos estar atravesando una prueba, por diferentes motivos:
1.- Nuestros propios errores y pecados.
Muchas veces nos empecinamos en hacer nuestra propia voluntad, a pesar de que el Espíritu Santo “nos avisa” que estamos errando el rumbo.
Decidimos mal, nos equivocamos al elegir y actuamos impulsivamente.
2.- Los pecados y errores de otros.
En numerosas oportunidades hay personas difíciles en nuestra vida, pero Dios las utiliza para “moldear” nuestro carácter y producir buenos frutos en nosotros.
3.- Otras veces, las pruebas son tratos directos de Dios para nosotros. No lo entendemos y hasta lo cuestionamos. Pero Dios es omnisciente, es decir todo lo sabe y en ese TODO también está nuestro futuro.
¿No es precisamente en medio de las pruebas cuanto más nos acercamos a Él?
¿No es en ese momento en que ya hicimos todo lo que humanamente podíamos en que nos RENDIMOS a SU PODER, a SU FUERZA, a SU VOLUNTAD…

Señor, ayúdame a utilizar esta prueba para obtener paciencia y madurez espiritual que me permita ser un instrumento de bendición para otros, permitiendo que el Espíritu Santo me perfeccione para vivir una vida abundante y victoriosa, en el Nombre de Jesús, Amén, Amén y Amén.


martes, 5 de abril de 2016

ANSIEDAD

“echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1ºPedro 5:7)

¡¡¡Descansa en tu Dios!!! ¡¡¡Deja tus problemas en sus manos!!! ¡¡¡El sabe cuidar de tu vida mejor que vos mismo/a!!!
Es tu Padre, tu Creador, sabe de qué cosas tienes necesidad aún antes de que se las pidas o antes aún de que te des cuenta de que las estás precisando.
¿Cuál es tu carga? ¿Decepción, traición, soledad, tristeza, falta de perdón, culpa? ¡¡¡Dios es más grande de todos tus problemas!!!
Jesús venció a la muerte y al pecado para que vos seas bendecida/o en todas las áreas de tu vida.
¡¡¡Él está vivo!!! Hará todo lo posible para encontrarte y bendecirte…
Vamos a hacer juntos esta oración que traerá calma a tu mente y a tu cuerpo y llenará tu espíritu de gozo.
Señor, dejo toda mi ansiedad a tus pies, reconociendo mi necesidad espiritual. En el Nombre de Jesús, desacelera los latidos de mi corazón, trae calma a mi mente, te entrego uno a uno de mis pensamientos.
Disminuye mi aceleración, mi ritmo alocado, mi apuro, dame tranquilidad.
Toma el control de la tensión de cada uno de mis músculos y de cada uno de mis nervios.
Vela en la cabecera de mi cama, para que pueda conciliar un buen y reparador sueño que traiga descanso a mi cuerpo y a mi mente.
Enséñame a descansar, a disfrutar de los momentos placenteros.
Modera mi ansiedad, para que yo pueda sentir en todo tiempo, aún en medio de mis actividades diarias tu presencia en mi corazón.
Dame la sabiduría necesaria para hablar, cuando haga falta, pon guarda a mis labios cuando la ocasión amerite que calle.
Lléname de gozo para alabar, cantar, sonreír, tratar de estar siempre de buen humor, aún en las peores circunstancias.
Ayúdame a crecer y a poder dar las gracias por todas las bendiciones que ya tengo, mi familia, mi trabajo, mis amigos y todas las nuevas que van a comenzar a inundar mi vida cuando pueda dejarte definitivamente mi ansiedad y mis preocupaciones.
Pero por sobre todo que yo pueda reconocer, aceptar y agradecer tu infinito amor, tu invalorable paz y tu presencia en mi vida.
Sé que el enemigo de mi alma, si no puede pararme, trata de acelerarme, es por eso que HOY decido entregarte mis cargas porque sé que la tomará y seré definitivamente LIBRE. Amén, Amén y Amén.


viernes, 18 de marzo de 2016

EL RASTRO

 “El gozo del Señor es vuestra fuerza” (Nehemías 8:10)
 La alegría en el alma y la sonrisa en los labios es el rastro del amor de Dios actuando en nuestra vida.
Todos aspiramos a ser felices, a vivir con alegría.
Hay momentos en que estamos eufóricos y queremos cantar de alegría.
Y sí…la necesidad de alabanza es inherente al ser humano.
Pero…cuando el hombre no alaba a Dios, cuando vive lejos de Él, necesitará exaltar “algo” o a “alguien” en su lugar.
Podemos ver a lo largo de la historia de la humanidad qué diferentes y pervertidas formas puede tomar esa necesidad de exaltación cuando no está dirigida a nuestro creador.
Pero quien confía en Dios, sabe que la fuente de alegría se encuentra sólo en Jesús, nuestro salvador.
No importa cómo ha sido tu vida y cuáles sean las cosas y personas a las que has exaltado.
No importan tus errores, acércate a Dios y hallarás la respuesta a tu búsqueda de felicidad y alegría en su Hijo Jesucristo.
¡¡¡Ábrele tu corazón!!! ¡¡¡AHORA!!!

Señor Jesús, perdóname por no haberte tenido en cuenta, por todos los errores que he cometido, por no haber querido ni escucharte ni obedecerte.
Hoy de doy cuenta de lo mucho que te necesito, por eso te abro la puerta de mi corazón y te pido que entres en mi vida y me enseñes a vivir de acuerdo a tus principios. Amén, Amén y Amén.



sábado, 5 de marzo de 2016

¡DESPRÉNDETE!

“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen y donde ladrones minan y hurtan” (Mt. 6:19)

¿Tienes el hábito de juntar objetos inútiles por si algún día lo necesitas?
¿Tienes el hábito de juntar dinero sólo para no gastarlo, pensando que en el futuro los vas a necesitar?
¿Tienes el hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, enseres domésticos y otras cosas del hogar que no usas desde hace ya mucho tiempo?
¡No lo hagas!
Esta práctica atenta contra tu prosperidad.
La realidad es que cuando en un lugar hay una cosa, hasta que esta no sale de allí, no puede caber otra.
Y…¿Qué ocurre dentro de ti?
¿Tienes el hábito de guardar rabias, resentimientos, tristezas, miedos…?
Es preciso que te deshagas de todo lo inútil que hay en vos y en tu vida para que la prosperidad llegue, para que puedas abrirte a ella.
Sólo si hay espacios vacíos de “lo viejo”, podrá ingresar “lo nuevo”
Mientras estés material y emocionalmente cargando sentimientos viejos e inútiles, no tendrás lugar para que ingresen nuevas oportunidades.
Los bienes necesitan circular. Limpia cajones, armarios, el garaje, el cuarto del fondo, el escritorio…
¡Dona lo que no uses y esté en buenas condiciones!
La actitud de guardar cosas inútiles encadena tu vida. En verdad no son los objetos guardados los que encadenan tu vida, sino el significado de tu actitud de guardar.
Cuando guardamos estamos considerando la posibilidad de carencia, de falta, una sensación de que hoy tal vez tenemos pero… ¿y mañana?
Evidencia temor de que mañana pueda faltar, de no poder afrontar ni cubrir las necesidades.
Con esa idea le estás enviando a tu cerebro y a tu vida dos mensajes:
1.- Que no confías en que Dios está al control de tu futuro.
2.- Que piensas que lo nuevo y lo mejor no son para vos.
Despréndete de lo que ya ha perdido el color y el brillo, de aquello que todavía está bueno, pero que ya no necesitas. Deja entrar todas las bendiciones que Dios tiene preparadas para vos y tu casa.

Señor, a través de la acción de tu Santo Espíritu en mí, ayúdame a modificar este mal hábito del aferramiento. Hoy declaro que Tú eres mi proveedor, mi Jehová Jireh y que nada me faltará, porque estando en Ti, lo tengo todo. Gracias, Papá bueno, en el Nombre de Jesús. Amén, Amén y Amén.


jueves, 18 de febrero de 2016

¿ESTAMOS DORMIDOS?

“Por qué dormís? Levantaos y orad para que no entréis en tentación” (Lc. 22:46)
Vivimos en un tiempo en donde es muy fácil enfriarse, dormirse espiritualmente. Basta solamente con que permitamos que la humildad se oculte de nuestra vida y afloren el orgullo y la vanagloria.
¡¡¡Cuidado!!!
Si dejamos de sentir la Presencia de Dios, no es porque Él se ha alejado de nosotros, sino porque estamos “dormidos” en lugar de velar.
Hemos dejado de buscar Su fortaleza, pensando (pobres ilusos) que nuestros logros dependen sólo de nuestras propias fuerzas.
Entonces nos dormimos en los laureles viviendo de glorias pasadas y pasamos a no ser ni siquiera la sombra de lo que hemos sido en algún momento.
¡Recuperemos el primer amor! ¡Volvamos a lo que hacíamos cuando llegamos a Jesús!
Dormir espiritualmente es haber dejado de buscar intimidad con el Señor, haberle quitado el primer lugar, ya no buscar qué nos dice al levantarnos, qué nos aconseja antes de tomar una decisión.
Dormir espiritualmente es leer o escuchar Su Palabra, pero no ponerla por obra.
Es volvernos cristianos nominales, pero no practicantes, sino sólo simpatizantes.
Es no necesitar juntarnos con otros hermanos que tengan nuestro mismo sentir, tener comunión.
Es ya no sentir que el Espíritu Santo nos inquieta cuando hemos hecho algo que está mal, o nos incomoda por haber dado una mala respuesta.
¡Despierta! ¡Sé sincero/a con vos mismo/a! ¿Estás dormido/a?
¡Es hora de salir de tu zona de confort y ponerte en acción!
¡Es tiempo de avanzar!
¿Cómo? Vela conmigo, te dice Jesús, y ora porque el espíritu está dispuesto, pero somos débiles y el hombre fuerte siempre está buscando a quien devorar.
Estamos viviendo tiempos importantes, no sigamos adormilados, ¡el tiempo de la salvación se acerca!

¡Señor!, no permitas que me duerma, que me distraiga del propósito que tienes para mi vida. Quiero estar preparada/o velando, para el día en que vengas a buscarme, porque sé por las señales dadas por Tu Palabra, que los tiempos se acercan y quiero estar preparada/o, lo pido en el Nombre de Jesús, Amén, Amén y Amén.


lunes, 1 de febrero de 2016

PROGRAMAS BASURA

“…no dejes que se incline mi corazón a cosa mala…” (Sal 141:4)
¿Qué nos pasa a los seres humanos que nos abocamos a mirar “programas basura”?
Tenía una perrita a la que le encantaba hurgar en la basura, por supuesto no sabíamos qué más hacer para sacarle ese pésimo hábito.
Cuál debía ser nuestra actitud ante esta situación:
¿Sacar la basura porque es mala? y “tienta a la perrita a consumirla” o lo que es más lógico ver qué era lo que estaba pasando con la perrita que buscaba comer, lo que terminaba haciéndole tanto daño.
Estos son dos maneras de enfoques diferentes ante el problema, o centramos nuestra mirada en la basura, o centramos la mirada en la conducta de la perrita.
Con nosotros, los seres humanos y los programas de televisión pasa lo mismo.
¿Qué es lo que nos lleva a consumir programas de baja calidad que van en contra de los valores?
Podemos poner nuestra vista en la tele y en los programas basura y entonces decimos ¡hay que prohibir la televisión basura!
O esta situación nos puede llevar a que reflexionemos y nos preguntemos ¿qué lleva a las personas que llenan su alma y su corazón con basura?
Aquí está la clave. No vamos a poder evitar encontrarnos con la basura, pero la opción está en nuestra mano, el control remoto está en nuestro poder, podemos cambiar de canal o simplemente apagar la tele.
¿Qué está pasando con nosotros cuando necesitamos llenarnos de esta basura que nos hunde en la depresión y que nos envenena el alma?
Este tipo de programas de TV pone de manifiesto, una parte enferma de la sociedad, es sólo un síntoma, no la enfermedad misma. La enfermedad está en el alma del ser humano.
No es mala la basura en sí misma, no la vamos a poder eliminar, pero lo que sí podemos hacer es accionar en lo que se encuentra dentro de nuestras posibilidades, dentro de nuestro campo de acción.
Es aquí cuando debemos preguntarnos: ¿qué vacíos estamos llenando con esta basura?
¿Qué sentido tiene nuestra vida? ¿Cuál es el propósito de Dios para mi vida?
¿Cuál es nuestra enfermedad? ¿La depresión? ¿Una falta de sentido de nuestra vida?
Las respuestas sinceras a estas preguntas nos llevarán a replantearnos el propósito de nuestra vida e ir cambiando hábitos que nos hacen tan mal, como le hizo a mi perrita comer basura.
¡¡¡Cuidado!!! A ella la llevó a la muerte física, a nosotros nos puede conducir a la muerte espiritual.

Padre amado, te pido que a través del Espíritu Santo me estés mostrando lo que hay en mi vida que no es de tu agrado y que no es bueno para mi crecimiento espiritual. Te doy gracias porque sé que me vas a ir perfeccionando para que cumpla tu voluntad que es perfecta y agradable para mi vida, en el Nombre de Jesús. Amén, Amén y Amén.


miércoles, 20 de enero de 2016

¡NO TE QUEDES AFUERA!

“Dijo luego Dios a Noé: entra tú y toda tu casa en el arca. Dios…le cerró la puera. Y fue el diluvio cuarenta días” (Gén.7:1;16-17)
Remontémonos 2500 años antes de Jesucristo…
¿Te imaginas qué desafío fue para Noé construir un arca de 140 metros de largo con los medios de la época, en un tiempo de sequía absoluta?
Las burlas que habrá recibido de sus contemporáneos cuando se lanzó a esta tarea tan colosal como absurda ante sus ojos.
¿Por qué lo hizo? Por obediencia a Dios que se lo había ordenado. La tierra se había corrompido y estaba llena de violencia, es por eso que Dios toma la decisión de ponerle fin a esta situación. Noé escuchó su voz, creyó y obedeció.
Cuando Noé y su familia entraron en el arca, Dios mismo cerró la puerta y un diluvio que duró 40 días azotó la tierra destruyendo todo lo que tenía vida.
Sólo fueron salvos los que estaban dentro del arca.
Hoy la salvación no es ofrecida a una sola persona y a su familia sino a todos.
Si estás vacilando ante el umbral de esa puerta que Dios te abre, que es Su Hijo Jesucristo, si lo estás posponiendo, hoy te digo
¡Entra, no te quedes afuera!, ¿sabes? Estar en el umbral es estar muy cerca, pero todavía afuera…
No permitas que el diluvio de la vida te arrastre…¡ENTRA!
No te quedes fuera de la gracia de Dios. Él es tan misericordioso y paciente que todavía espera, para que todos se salven.
Pero ¡cuidado!
Llegará la hora en que el tiempo de gracia se terminará y entonces será demasiado tarde para todos aquellos que no han atravesado el umbral, es decir que no han dado el paso decisivo de la fe en Cristo.
Amiga, amigo, hoy Jesús te dice:

“Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo” (Jn.10:9)

Hagamos juntos esta oración de fe:

Jesús, te acepto como mi salvador y mi señor. Creo que eres el Hijo de Dios hecho hombre y que viniste a salvarme de la muerte espiritual en la que estaba inmersa/o, me arrepiento de todos mis pecados y te pido perdón. Hoy tomo la decisión de creerte y amarte todos los días de mi vida. Amén, Amén y Amén.

Si has hecho esta oración con fe, ya perteneces a la familia de Dios.

Prepárate para vivir la vida abundante que Él quiere darte porque tiene planes de bien para tu vida. Avanza, no te detengas, ya atravesaste el umbral…¡¡¡Sigue este es tu tiempo de avanzar!!!

domingo, 10 de enero de 2016

TIEMPO DE PLANTAR

“…tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado” (Ecl. 3:2)
Al llegar el mes de noviembre, cuando el sol comienza a estar más fuerte y los días se alargan cada vez más, las prímulas comienzan a perder su lozanía y sus flores van quedando pálidas, destruidas y resecas. Se hace necesario reemplazarlas. Probé varias especies a través del tiempo, pero las únicas que realmente duran y no se “achicharran” bajo el caliente sol veraniego, son las llamadas “popis” un género de enamoradas del sol.
Planté cuatro en una jardinera y cuatro en un botijón de barro en el jardín delantero de mi casa.Tres de ellas estaban bien verdes y llenas de pimpollos, al poquito tiempo de haberlas plantado. Pero una estaba cada día más caída, hasta que definitivamente terminó secándose.
Cuál fue mi sorpresa cuando intenté sacarla con fuerza, al ver que no ofrecía ninguna resistencia, sino que salía con total facilidad…¡No tenía raíz! Aunque la planta había disfrutado de todas las condiciones necesarias sobre la tierra, le faltaba “algo” debajo de la superficie. Carecía del sistema vital de la raíz para extraer el alimento y la humedad necesarios de la tierra.
Este ejemplo ilustra una verdad espiritual. A medida que Dios hace crecer en nosotros un corazón de fe, debemos tener la devoción necesaria para alimentar nuestro sistema de raíces.
Las raíces marcan la diferencia en lo que respecta a la salud de una planta y su presencia o ausencia de las mismas se hace evidente.
La planta crece o se marchita, prospera o muere… Lo mismo ocurre con nuestra vida espiritual, lo que todos pueden ver refleja lo que está sucediendo (o no está sucediendo) adentro.
Si Jesús es lo primero en nuestro corazón y la prioridad en nuestra vida, tenemos que desarrollar un sistema de raíces profundamente arraigadas en Él. Al igual que una planta que tiene sus raíces escondidas bajo la tierra, nosotros también a solas con dios debemos recibir de Él todo lo que necesitamos para vivir la vida abundante que ha prometido a sus hijos (Jn 10:10) Tenemos que vivir escondidos en Él, separando un tiempo para estar con Dios en lectura de Su Palabra, en estudio, en oración.
Allí recibimos, extraemos, somos alimentados y crecemos. No sólo nos aseguramos un buen crecimiento, sino también una excelente salud espiritual.

Gracias Señor porque me prometiste que seré como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto en su tiempo, mi hoja no caerá y todo lo que haga, prosperará, si estoy muy junto a vos. Amén, Amén y Amén.